Misterio en el parador de Cardona
Misterio en el parador de Cardona
A escasos 100 kilómetros de Barcelona, en la localidad de Cardona, se encuentra un recinto fortificado del siglo IX, que cuenta en su interior con lo que antaño fuera un castillo, así como una torre, llamada Torre Minyona, y una iglesia, ambas del siglo, XI, convertido a día de hoy en Parador Nacional.
Cuenta la leyenda que el origen de estos sucesos está en el siglo XI, cuando una joven cristiana, Adalés, se enamoró de un musulmán y fue condenada por su padre a vivir para siempre encerrada en la Torre Minyona, donde murió de pena. Su triste alma, aseguran, vaga todavía por la zona y se manifiesta en estos extraños sucesos que muchos han percibido en la habitación 712.
Visitando el lugar buscando el misterio del Parador de Cardona
Aquellos que visitan el lugar cuentan haber tenido la sensación de retroceder 12 siglos en el tiempo. Largos y estrechos pasillos, salas austeras, abovedadas, con arcos apuntados, viguetas de madera y elementos góticos. Todo ello, envuelto en un ambiente silencioso y solemne. Esto se torna misterioso al llegar al ala oeste de la séptima planta, precisamente allí donde se encuentra la habitación 712.
La habitación solo se ocupa a petición propia ya que, tras escuchar los relatos y reclamaciones de muchos clientes, la dirección del hotel decidió cerrarla al público, salvo por solicitud expresa. Ruidos extraños, grifos abiertos, sueños inquietos e incluso apariciones, son algunas de las experiencias que los huéspedes que han pernoctado en la habitación. Incluso el personal de limpieza del Parador ha decidido acceder a la habitación de dos en dos, para estar acompañados en todo momento, evitando así estar solos ante algún fenómeno extraño como los que se han vivido en los últimos años, como encontrar todos los muebles juntos en el centro de la habitación u oír voces, ver un grifo abierto o escuchar ruidos cuando no había dentro ningún huésped. Algún cliente incluso mantiene haber presenciado alguna aparición fantasmagórica.
Fantasma de una doncella
Según se cuenta, todo comenzó durante la transformación del castillo medieval en Parador en 1976. Los obreros pararon más de una vez asustados por la presencia del fantasma de una doncella que se lamentaba entre sollozos y que solía ir acompañada por un caballero.
Hace algunos años cuando unas empleadas acuden a la planta número siete, a la habitación 712, para realizar sus tareas de limpieza, y llaman a la puerta a pesar de saber que la habitación está desocupada, lo hacen como parte del protocolo para asegurarse de que no haya nadie. Nada más golpear con el nudillo en la puerta, una voz tosca y grave que sale del interior dice “Espera”, las empleadas extrañadas de que la habitación este ocupada, ya que en su listado aparece como libre, llaman a recepción para que les confirmen si está ocupada o no. En recepción les comunican que esa habitación está vacía, por lo cual introducen la llave en la cerradura, pero les es imposible abrir la puerta, en ese instante aparece por la planta el director del Parador en aquel entonces, el señor Carlos Herrero y las empleadas le comunican la situación,
Sorpresa
El director llama la puerta y nuevamente la voz tosca y grave dice desde el interior “espera” dejando atónitos a los tres testigos.No fue hasta pasados unos minutos cuando consiguen abrir la puerta y se encuentran con lo imposible. El cuarto de baño está lleno de vaho, el espejo empañado, una tolla húmeda, una huella en el suelo, el grifo abierto. Prero el lugar estaba completamente vacío, allí no había absolutamente nadie. Según el director, es imposible salir por la ventana.
Las leyendas que hablan de la habitación 712 son de lo más pintorescas y variadas. Lo que más predomina es la aparición fantasmal de una chica joven vestida de época . También la de un hombre robusto también con ropajes de antaño. O la historia del espectro, con cuerpo de mujer, que se entromete en las camas para evitar que las parejas mantengan relaciones.
Varios clientes que han dormido justo debajo de la habitación 712 se han quejado. Han afirmado que no han podido dormir porque arriba no paraban de mover y arrastrar muebles. Lo extraño es que siempre que ha habido una queja de este tipo la habitación de arriba, la 712 ha estado desocupada.
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