La mano de Fatima.

1

Somos muchos los que la llevamos de amuleto, ya sea en forma de colgante, pulsera, llavero e incluso tatuada. A sabiendas que aleja la mala suerte, nos libra del mal de ojo y atrae la riqueza. Pero pocos son los que conocen su historia. Los musulmanes la llaman la Mano de Fatima At-Zara, titulo que ostento y que significa: “la que brilla”. 

Los judíos La Mano de Miriam, hermana de Moisés y Aaron.  Su uso es extendido por todas las partes del mundo y se dice, que para que sea efectiva esta debe de ser un regalo. Las hay con muchos signos entre ellos la estrella de David y el Ojo de Orus son las mas utilizadas.

Los cinco dedos representan las 5 oraciones diarias, los 5 principales mandamientos de la religión islámica, peregrinación a la Meca, limosna para los pobres y ayuno  en Ramadán. Fatima era la hija del profeta Mahoma la cual había tenido con Jadilla. Esta se ocupo del cuidado de Fatima en su niñez, lo cual no era común pues para eso estaban las nodrizas.

Siendo Fatima pequeña, su madre murio y Fatima se pudo muy triste. Su padre, Mahoma, le dijo que el ángel Gabriel se había aparecido y le había asegurado que Jadilla tenia un palacio en el cielo. Era la preferida del profeta Mahoma, este había tenido otros hijos varones pero todos perecieron.

Eso fue motivo de mofa de sus detractores que lo llamaban “abtar” que en musulmán significa “el esteril” y que para el Corán es signo de pecado y debilidad. Vio en Fatima la forma de transmitir su legado, ya que esta poseía cualidades innatas y dedicaba la mayor parte del día a la meditación y a la oración.

No se sabe a ciencia cierta cuando contrajo matrimonio pues unos dicen que con 10 años y otros que con 19. Según cuenta la historia, Fatima era una muchacha muy bella y a causa de la importancia que tenía su padre, tenia muchos pretendientes agasajandola. Ella respondía a todos con una negativa y Mahoma como buen padre rehusaba de todas las propuestas matrimoniales. Esto fue asi hasta que apareció Ali Iban Abib Tabib cuando Fatima lo vio no pudo articular palabra así que Mahoma lo mando a vender su escudo para poder hacer frente a la dote de la niña. Se dice que fue el propio Mahoma quien oficio la boda entre Fatima y Ali.

En sus primeros años de casados su vida fue humilde, ella se encargaba de las labores domésticas y el de trabajar en el campo, plantando, recolectando y dando de comer a los animales. Poco después su suerte cambio y pudieron tener doncellas a las cuales ayudaba y trataba como a un miembro mas de su familia.

Aunque la religión islámica no contempla la monogamia , dicen que durante su matrimonio fue la única esposa que tuvo Ali hasta el día de la muerte de Fatima. Nadie sabe si esto fue por amor o por exigencia expresa de Mahoma. Cuenta la leyenda que Fatima estaba muy enamorada de su marido y que una noche mientras ella estaba frente al fogon preparando la cena, este apareció en la casa en compañía de una concubina con la idea de satisfacer sus deseos sexuales. Presa de celos e ira metió la mano en un cazo de agua hirviendo que tenía en el fuego ya que no podía protestar pues las esposas musulmanas le deben respeto y sumisión a sus maridos. A cuenta de eso quedo lisiada de por vida.

Cuando murió su padre, Mahoma, pasaba los días sin pegar bocado. Se quedo escuálida y perdió su lindo color. Solo 6 meses despues de la muerte de su padre, con tan sólo 28 años , murió. Unos dicen que de pena, otros que fue a causa de defender a su marido de los ataques del rebelde Abu Bark. Según dicen este se presento una noche en casa de Fatima y Ali y prendió fuego , obligándolos a salir de la casa. Abu levanto su espada contra Ali y Fatima se puso delante de el, llegando la espada a partir su caja toracica acabando así con su vida y la vida de su hijo neonato ya que estaba embarazada. Murió durante Ramadán.

 

Esta es la historia de Fatima Az- hara , “la que brilla”, que siempre nos protege parando con su mano todo el mal que nos acecha. Mano que quedó totalmente desfigurada a los ojos de los hombres pero de incomparable belleza si se mira con los ojos del corazón.

Deja un comentario