¿Qué son los fantasmas?
¿Qué son los fantasmas?
Antes de venir a esta vida tangible, física, traemos una “idea subconsciente” acerca de quien nos habremos de transformar. Es una energía base o campo vibracional que seguimos desarrollando a través de nuestra vida en este plano. Al fallecer nos despojamos del “cuerpo físico” que nos alojó así como también del cuerpo consciente o “concepto de yo”, que es básicamente la identidad que hemos construido a nuestro paso. Pero nos preguntamos ¿qué son los fantasmas?
La energía base que traemos al nacer retorna entonces a la fuente de energía infinita (dios, etc.).
Fuente de energía
Imaginémonos la fuente de energía infinita como una serpiente de múltiples pieles. Ésta se viste con una piel específica cuando se trata de representar nuestro “Concepto de yo” (o identidad) y se viste con otra cuando se trata de representar nuestro “cuerpo físico”. Al momento de la muerte la serpiente se despoja de ambas pieles, mientras la serpiente misma vuelve al cuerpo universal no físico o a la fuente de energía infinita.
Generalmente cuando se separa la consciencia del cuerpo físico, el cuerpo físico comienza a disolverse y la energía que produce la materialización del cuerpo físico vuelve a la fuente de energía universal.
Pero digamos que en algunos casos existe la energía (generada independientemente por el mismo pensamiento) e intención suficientes alimentando ese “concepto de YO” como para hacerlo capaz de funcionar a un nivel en el que puede aún interactuar con la dimensión física. Eso es lo que sucede cuando hablamos de fantasmas, apariciones, etc.
Las apariciones
En tales casos, cuando alguien muere su “concepto de yo” posee la suficiente energía como, para por así decirlo, realizarlo o materializarlo. Esto es lo que en el budismo tibetano se denomina “tulpa” . Dotado de esta energía, este “concepto de yo” puede tomar forma e incluso llegar a manipular la dimensión física como ocurre en casos de poltergeist.
A menudo los fantasmas solo tienen la fuerza suficiente para “surgir en oleadas” o en “loops” en la dimensión física, lo que explica por qué son vistos siempre en esta especie de circuito sin fin.
Esto es causado por su inhabilidad de alimentar otras proyecciones de ellos en la dimensión física, así que solo alimentan una sola, una y otra vez. Por ejemplo, cuando se manifiestan en el mismo lugar, ventana, lloran en la misma habitación de la casa, etc.
Estas “Formaciones mentales” sienten la necesidad de interactuar con el plano físico pero no son maliciosas en sí. Su único propósito tras esta interacción es expresar lo que creen tener que expresar; ya sea comunicar un mensaje, finalizar una tarea, etc.
¿Cómo se nutre un fantasma?
Dado que la energía es esencial para su manifestación en tanto “formación mental” los fantasmas buscarán nutrirse por diversos medios.
El primero de ellos somos nosotros mismos y en particular nuestros pensamientos. A medida que nos hacemos más conscientes de ellos, más energía entregamos a estas “formaciones mentales” y por ende éstas se hacen más fuertes. Esto podría explicar porqué algunas de estas manifestaciones que ocurren de modo aislado y puntual desaparecen con el tiempo, mientras otras que gozan de más “fama” continúan interactuando con el plano físico por cientos de años. Es debido a que los mantenemos “vivos” o presentes en el plano físico con la energía de nuestra atención.
El segundo medio que nutre a los fantasmas son nuestras emociones. El miedo por ejemplo, no solo es una de las emociones más poderosas presentes en el ser humano, sino también una de las energías de atracción más poderosas. Y son exactamente estos tipos de energías los que los perpetúan y alimentan de manera muy eficiente.
Un tercer tipo de fuente energética que puede facilitar su manifestación es de tipo material. Por ejemplo, recurren a la energía eléctrica, red de telefonía, cristales, etc.
Otras fuentes de energías también sirven de alimento a los fantasmas se relacionan con personas sensibles y situaciones sociales de alta carga emocional. Por razones de espacio, estos aspectos serán cubiertos en la segunda parte de este artículo.
¿Qué mantiene a un fantasma entre nosotros?
Nuestro concepto de yo está particularmente apegado a personas específicas, lugares, objetos, etc. Este apego e identificación es lo que mantiene el “concepto de yo” (ya sea en vida o después de ella), a diferencia de nuestro “Ser Infinito”, que no se identifica o es identificado, no conoce límites o diferencias entre personas, cosas o identidades, etc.
Estar conscientes de esta diferencia nos permite discernir si lo que estamos experimentando es la manifestación de un fantasma o “proyección del yo”, o una proyección directa de la fuente de energía infinita. Una manifestación directa desde el “Ser eterno”, no presenta ningún signo de apego. Las muestras de apego son características inherentes e inconfundibles de un tulpa o fantasma. En la segunda parte de este artículo nos ocuparemos de describir las proyecciones directas y su importancia.
Nuestras identidades son temporales, y es por esa razón que a éstas les “preocupa” sobrevivir o perpetuarse. El proceso de identificarnos con objetos u otros tangibles es parte de la tarea de intentar perpetuar nuestra identidad y mantenerla intacta. Para esa identidad, tal historia de vida continúa incluso después de la muerte. Esto explica por qué estas identidades mantienen el apego por personas, cosas, lugares, que les resultan significativos.
Generalmente es en las proximidades de estos “identificadores” donde estas “apariciones” o “surgimientos” tienden a manifestarse o a hacerse sentir.
Es en estos casos cuando nos referimos a un lugar, persona u objeto como encantado o poseído (de la identidad de ese concepto de yo).
Pérdida de identidad
Tal como mencionamos anteriormente cuando morimos, instantáneamente nos despojamos no solo de nuestra forma física, sino que también de nuestra identidad. Sin embargo, cada pensamiento que haya sido pensado o creado en nuestra mente no muere, no desaparece, no se destruye, es decir aún existe, y los pensamientos pueden pensar.
En otras palabras, cada uno de los que habitamos un cuerpo físico somos esencialmente un pensamiento que piensa.
Entonces, incluso cuando nos despojamos de nuestro propio tulpa, éste puede continuar pensando, proyectando ideas o creando pensamientos o acciones por un tiempo limitado (dependiendo de la cantidad de energía que lo alimente).
Esto es especialmente poderoso cuando una persona muere con el deseo poderoso de preservar su identidad (como ocurre en el caso de un asesinato o cuando nos vamos con la sensación de ser necesitados por otros que dejamos atrás).
Esto alimenta la formación mental de nuestro yo con la suficiente energía que a pesar de no estar siendo alimentado directamente por la fuente de infinita consciencia o infinita energía, este puede continuar existiendo e interactuar con la dimensión física.
Tipos de tulpas
Las Tulpas según el el budismo tibetano, una entidad espiritual creada con el pensamiento
Diferentes tipos de tulpas. Los principales son:
- Tulpa Entrante o Guía
- Tulpa Saliente (Fantasma)
Cuando hablamos de un tulpa entrante, de un espíritu guía, nos referimos a una extensión de la energía fuente.
Una parte de la energía base del universo está nutriendo a esta expresión física o no física para que esta se manifieste en el plano físico e interactúe con la dimensión física. A esto es a lo que se le denomina tulpa entrante.
En el caso del tulpa saliente, ya que la energía fuente se ha retirado del cuerpo físico y ha dejado de alimentar el “concepto de yo”, es la energía alojada en el concepto de yo o de identidad que lo continua alimentando y le permite manifestarse en la dimensión física. Es decir, no está conectado con la energía fuente, y es nutrido por la energía del “yo”.
Tipo de interacción con la energía:
Por esto, cuando lidiamos con el fantasma o tulpa de algún ser querido, en realidad no estamos interactuando con la persona misma o con la energía que la creó. No estamos lidiando con el fallecido. Lo que experimentamos en presencia de un tulpa saliente es nada más que la huella energética o blueprint de lo que fue su cuerpo físico y su concepto de yo. Una especie de holograma que la persona deja en esta dimensión física. A medida que el tiempo pasa este holograma se debilita e intenta nutrirse a través de distintas fuentes de energía, pero la mayoría de las veces termina manifestándose solo como una “sombra”.
Una hipótesis que podría explicar porque estas manifestaciones son percibidas como sombras alude a la noción cuántica de que en un vacío de energía constante las moléculas de luz son absorbidas transformándose en una suerte de agujeros negros caminantes. Sobre este aspecto ahondaremos más en la segunda parte de este artículo de ¿Qué son los fantasmas?