Viernes 13. Los fantasmas son lo de menos
Viernes 13. Los fantasmas son lo de menos
Son las 2 am. Me despierto de un sueño y una resaca cojonuda. El fantasma de mi padre esta sentado junto a la cama, para estar muerto tiene un aspecto de lo mas saludable, me froto los ojos para comprobar que no es una pesadilla, y no, estoy despierto.
Mi padre sigue mirándome, tampoco en vida habíamos tenido grandes conversaciones. Tomo la conciencia de que es un fantasma, la resaca ha pasado de golpe, pero de repente aparecen los fantasmas de mis amigos
Maribel, Daniel, Jaime, Manolo. La habitación se va llenando. No estoy soñando, todo aquello es real. No tengo miedo. Me levanto de la cama y me los llevo a todos al comedor para fumar un cigarrillo.
Allí empezamos una discusión sobre si en vida me había portado bien con ellos, si fumar te llevaba a la muerte, con gran disparidad de opiniones, si en vida nos lo habíamos dicho todo, en fin una discusión de dos pares de cojones.
Llegadas las 6 am, decidí que había que poner fin a todo aquello, muy tranquilo les dije que tenia que ir a trabajar. Muy educadamente se despidieron y quedamos para otro día. Me duché, me vestí y puse las noticias, cojones, como estaba el mundo, un sudor frío recorrió mi cuerpo.
Cogí el coche y tres me adelantaron sin intermitentes, el corazón me latía a 150 pulsaciones. Puse la radio para tranquilizarme pero fue peor, las noticias me acojonaron hasta llegar al trabajo. Me cruce con un par de hijos de puta que me habían jodido y sentí terror de mis impulsos asesinos.
Entonces me di cuenta ¡Era Viernes 13, el día maldito!. Volví a casa y me eche en la cama, a ver si podía volver al tranquilo mundo de los muertos.
Después dirán que lo oculto es terrorífico.