Punctum diábolo o la marca del diablo

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Punctum diábolo o la marca del diablo

Como se acerca la noche de brujas más conocida y celebrada, he pensado en compartir con vosotros la llamada Marca del Diablo, aquella que hacía que se reconociese a una bruja y pudiese ser juzgada por ello.

Las características de la marca

Para empezar tenía que tener tres características:

  1. Debía ser visible. Podía ser una mancha, una verruga, un herpes o cualquier imperfección de la piel.
  2. Tenía que ser insensible, después de todo, el diablo la habría aplicado, con un hierro candente o de un mordisco, en el momento del pacto con la supuesta bruja e incluso, durante su primera cópula.
  3. Ya que se trataba de una zona maldita e insensible, la marca no debía sangrar, o en su defecto hacerlo muy poco.

Jacques Fontaine, consejero y médico del rey de Francia, escribió un libro con sus experiencias en la búsqueda de dichas marcas.

Los métodos que se utilizaban eran de lo más diverso. Hay muchos informes sobre este hecho, ya que la búsqueda de las marcas era un acto de justicia. Para empezar se afeitaba todo el cuerpo de la bruja. Entre otras cosas, para poder encontrar las marcas que la delatasen, y una vez localizadas clavaban agujas en todos esos puntos.

Por supuesto la bruja estaba desnuda y además con los ojos vendados, para que no tuviera ninguna pista de donde le iban a clavar la aguja. Iban pinchando aleatoriamente en cualquier parte y la sospechosa debía decir sí sentía dolor o no. Obviamente a más edad de la bruja, mayor número de marcas se encontraban en el cuerpo.

Expertos

Los demonólogos, insistían mucho en buscar las marcas del diablo en los sitios más escondidos del cuerpo, incluidas las zonas más íntimas (etiam in partibus secretioribus), y lo dejo a vuestra imaginación, que con seguridad os quedaréis cortos.

Os transcribo un párrafo de el Proceso criminal de Louis Gaufridy, París:

  • Prosiguiendo con nuestro deseo, hemos visitado las partes pudendas de la susodicha muchacha, en las cuales hemos encontrado los labios de la entrada del cuello de la matriz blandos, ajados y muy separados. Después, habiendo sondeado con los dedos la entrada del cuello de la matriz, lo hemos encontrado ancho, de manera que se pueden meter tres dedos de la mano izquierda sin mucha dificultad.-

Otro párrafo, esté de los archivos de Alta Saône, dice:

  • En los músculos de la nalga derecha, en cuya marca penetró una aguja de cuatro dedos de longitud…habiendo penetrado la susodicha aguja tan enteramente que en modo alguno se la pudo sacar.

Para los jueces era de máxima importancia la búsqueda de señales para poder continuar con el proceso, y aunque al principio hubieron protestas por los métodos utilizados, no sirvieron de mucho, como tristemente sabemos.
De la búsqueda y encuentro de las marcas del maligno, se pasaba directamente a la tortura.

Este es el testimonio de uno de los ayudantes de un buscador de marcas en Eichstätt (Alemania 1589):

  • Cuando una bruja llega a prisión, debe desnudarse, luego el maestro le mete en la boca sal bendita, tanta como pueda coger con dos dedos, y un sorbo de agua bendita y de agua para bautizar; después tiene que buscar la marca, que es una marchita como un arañazo. Cuando la haya encontrado, pinchará con una aguja afilada. Si se trata de una bruja no hay sangre y ella no se mueve. La sal y el agua deben ayudar a que confiese más deprisa en el interrogatorio, pero hay algunas a las que hay que torturar mucho para sacar algo.-

Y este era el primer paso para determinar sí eras o no bruja. Luego venían las torturas para arrancar la confesión.

Esta noche, cuando vayas a irte a la cama, observa tu cuerpo desnudo delante de un espejo.

¿seguro que no tienes marcas?

Silvia Rossi

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