La Mariña-Sirena
La Mariña-Sirena
Repoblada en S.XIX
La isla estuvo poblada hasta principios del siglo XVII, pero debido al ataque de los piratas y al secuestro de alguno de los poco más de una docena de habitantes, acabó finalmente despoblada. No fue hasta finales del sigo XIX cuando empezó a recuperar su población, compuesta por varios habitantes de Carreira, unos sesenta, que se desplazaron hasta la isla para trabajar en explotaciones agrícolas y ganaderas.
Pero en los años setenta se volvió a quedar sin vecinos otra vez, ya que éstos fueron reclamados para trabajar fuera de la isla por las industrias propiedad de la familia de ésta. El último habitante abandonó la isla en el año 1972, aunque el faro siguió habitado unos cuantos años más, dependiendo de la Autoridad Portuaria de Villagarcía de Arousa.
¿Qué representa?
La Isla es un conjunto de islotes pedregosos con formas curiosas y que con marea alta algunos de ellos quedan escondidos, haciendo la navegación peligrosa por el norte, en el llamado Canal de Sagres. La leyenda del Hombre de Sagres cuenta el porqué de los nombres puestos a todos esos pequeños islotes.
En la época en la que las tribus de los celtas llegaban por oleadas a las costas de Galicia, antes de su romanización, habitaba en Galicia un pueblo llamado Oestrymnios o “comedores de ostras”, considerados como los primeros gallegos.
Leyenda
Santa Compaña
Pazo de Otero – Goyanes
La leyenda de la sirena Mariña surge para explicar el origen de los antiguos propietarios de la isla, los Otero-Goyanes.
Cuenta la leyenda que un caballero francés abandonó su patria en búsqueda de un retiro donde terminar tranquilo sus días. Cuentan que podría ser el caballero Roldán. No habría muerto en Roncesvalles si no que se retiró a esta pequeña isla en busca del descanso de sus batallas.
Cuentan que este caballero, da igual fuese o no Roldán, cabalgaba una mañana por la orilla de la isla. Estaba contemplando la inmensidad del mar cuando observó a lo lejos el cuerpo de una mujer tendido en la arena. Pensando que pudiesen ser los restos de un naufragio, en si aquella mujer habría fallecido en el naufragio dirigió su caballo raudo y veloz hacía aquel cuerpo que yacía en la arena.
A medida que se acercaba a ella, nuestro caballero comenzó a distinguir los rasgos de la dama. Era joven, hermosa pero al llegar a su lado descubrió con sorpresa que se trataba de una sirena. Pero Roldán no huyó, ensimismado por la belleza de la sirena, sin mediar palabra, la subió a lomos de su caballo y la llevó a su morada.
Roldán decidió entonces quitarle una a una y con sus propias manos las escamas a la sirena. Ensimismado por su belleza, Roldán llevó a la sirena a su lecho.
A la mañana siguiente Roldán reparó en que no conocía el nombre de la bella sirena. Le preguntó entonces su nombre pero ella fue incapaz de responder, la bella sirena era incapaz de articular palabra. Roldán estaba enamorado de esa mujer de la que solo sabía que había llegado del mar… Sigue con Roldán la bautizó con el nombre de Mariña.
La Sirena Mariña
Roldán y Mariña pasaron sus días felices pero por más que lo intentaba Mariña no era capaz de emitir ninguna palabra. El culmen de su felicidad llegó con la llegada de su primer hijo.
Un noche, la noche de San Juan (noche mágica donde las haya) los allí congregados cantaban y bailan alrededor de la hoguera. Mientras Mariña sonreía y mecía en brazos a su pequeño. Roldán se acercó a Mariña. Tomó a su hijo en brazos y se dirigió hacía la hoguera para cumplir la costumbre de saltarla y así purificarse. Mariña, mujer venida del mar, sirena antes de mujer, desconocía dicha tradición, pensó que su marido había perdido la razón y quería deshacerse de su vástago, en ese momento, Mariña gritó:
¡Hijo!
Desde ese momento, Mariña pudo hablar con normalidad y la felicidad de la pareja fue plena. Compartieron sus días y sus noches, sus veranos e inviernos; sus años de amor dieron origen al linaje de los Mariño. Cuentan, que al morir Roldán, Mariña, la sirena, regresó al mar pero con una condición. Cada generación de los Mariño tendría que entregarle a ella un niño que se llevaría al mar. El elegido sería reconocido por tener los ojos azules como el mar… y sí, ha habido casos de Mariños de ojos azules desaparecido cerca de la costa.