Los vampiros chinos de la dinastía Qing

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Otra forma en que se crea un Jiang Shi es cuando un cadáver no se descompone ni siquiera tras ser enterrado.

Finlamente, los cadáveres sobre los que cae un rayo o salta un animal también son susceptibles según las leyendas chinas de convertirse en uno de estos no-muertos.

La historia

Las historias sobre los Jiang Shi no carecen totalmente de fundamento. En la dinastía Qing, se procuraba repatriar los cadáveres de los trabajadores chinos que morían lejos de sus casas para que pudieran ser enterrados en su lugar de nacimiento. El objetivo de esta práctica era que los espíritus no añorasen su tierra natal. Parece que hubo comerciantes que se especializaron en aquella época en la manipulación y el transporte de los cadáveres hasta su hogar ancestral. Se cuenta que estos ‘transportistas de cadáveres’, como se les llamaba, transportaban a los muertos de noche. Llevaban los ataúdes fijados a pértigas que descansaban sobre los hombros de dos hombres. A medida que transcurría el viaje, las pértigas de bambú se combaban: visto desde lejos, este hecho podía dar la impresión de que el muerto se moviera por propia voluntad.

Rumorología y leyenda

Surgieron los rumores sobre cadáveres que volvían a la vida. En un principio hubo quien especuló con la posibilidad de que los ‘transportistas de cadáveres’ fuesen nigromantes capaces de reanimar los cadáveres de los difuntos por medio de la magia. Así, bajo la supervisión de los ‘transportistas de cadáveres’, los muertos volverían a su hogar moviéndose a saltos. El traslado de los cadáveres se llevaba a cabo durante la noche para minimizar su posible descomposición.

Además, viajar de noche implicaba que la probabilidad de cruzarse con alguien sería menor, ya que se consideraba de mal augurio tener un encuentro con un difunto. Como medida adicional, encabezaba la procesión un sacerdote que avisaba a la gente de su llegada tocando una campana.

Aparición de los Jiang Shi

Habitualmente se dice de los Jiang Shi que se aparecen de noche. Para su sustento, además de para hacerse más poderosos, los Jiang Shi deben robar a los vivos su qi . Los vivos, no obstante, no se encuentran completamente indefensos contra los eventuales ataques de estas criaturas. Existen diversas formas de acabar con un Jiang Shi.
Entre ellas están la sangre de un perro negro, el arroz glutinoso, los espejos, los huevos de gallina y la orina de un muchacho virgen.

En los años 80 los Jiang Shi, vampiros chinos, se convirtieron en personajes muy populares en la industria cinematográfica de Hong Kong. Aunque estos no-muertos aparecían a menudo como enemigos, en ocasiones se les ha representado de forma más humanizada e incluso han protagonizado papeles cómicos.

Redacción NdM

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