Los fantasmas del hospital de San Lázaro

Dicen, que tras la conquista de Sevilla, se hacía necesario la construcción de un lugar a las afueras de la ciudad, donde atender a los enfermos infecciosos, y fue asó como el rey Alfonso X, allá por el siglo XIII, decide fundar el hospital de San Lázaro.

Hospital

Leprosería, geriátrico, enfermos terminales, hospital psiquiátrico penitenciario, con todos estos ingredientes no resulta nada extraño que sobre el lugar sobrevuelen todo tipo de leyendas, leyendas que nos hablan de entidades que aún recorren los pasillos de lo que antaño fuera su lugar del trabajo o de aquellos que murieron entre sus paredes.

Desde su fundación, sus muros recogieron a los enfermos de los diversos azotes epidémicos que castigaron la ciudad de Sevilla a lo largo de la historia, siete de peste bubónica, y una de fiebre amarilla, en 1800, que acabó con un tercio de sus habitantes. En cierta ocasión un cirujano plástico que trabajó en el hospital, llegó a afirmar que bajo sus pies habían los restos de centenares de muertos anónimos.

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En determinadas ocasiones, algunos trabajadores del centro han dado testimonio sobre supuestos fenómenos extraños de los cuales han sido testigos, el más común, la aparición fantasmal de una mujer vestida de negro, otros dicen una monja, que va provocando la muerte por allí por donde merodea, y a la que llaman “La aparecida”.

Uno de los celadores, aseguraba que lo ocurrido tuvo lugar en la primera planta, en el ala norte. Dicha ala permanece cerrada por la falta de pacientes. Una noche uno de los anestesistas quedó encerrado por accidente. En dicho trance, este hombre afirmó haber sido testigo de la Aparecida, sufriendo por la impresión un infarto que le obligo a mantenerse alejado del trabajo.

Sus fantasmas

En esa misma ala, a pesar De estar abandonada continuamente se oyen sonidos en su interior. Los investigadores que han visitado ese ala, un oscuro y largo pasillo rodeado de silencio, dicen que las puertas de la habitaciones vacías se abrían solas.

En la segunda planta también parece que se han producido apariciones fantasmagóricas. En la habitación 203 fue visto un hombre que, después de dar su nombre, no volvió a ser visto. Cuando se buscó en los archivos el historial del paciente se descubrió que había muerto en esa misma habitación hacía unos años.

En la misma segunda planta, mientras unos investigadores escuchaban las historias narradas por una enfermera, el encargado de mantenimiento se afanaba en arreglar todos los timbres de las habitaciones del ala que habían dejado de funcionar simultáneamente.

También, otro de los operarios de mantenimiento contaba que días antes. Una limpiadora se le acercó riñéndole, porque había apagado la radio que estaba escuchando. El hombre, escéptico, bromeó sobre el incidente. Si era cierta la historia, aquel día la radio de la mujer se había apagado sola, sin intervención alguna.

Hospitales,  que no guardan entre sus paredes.

Fran González

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