La casa de las siete chimeneas

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La casa de las siete chimeneas

Cuentan que en algunas noches se oyen campanas que parecen proceder del edificio tañidos monótonos, repetitivos, tañidos de muerte. Y es entonces cuando en el tejado de lo que ahora es la sede del ministerio de cultura, algunos afirman haberla visto con claridad caminando con paso firme entre las chimeneas.
Se trata de una mujer alta, de pelo largo y negro, vestida con un largo camisón blanco que cubre su cuerpo hasta los tobillos, en su mano, una antorcha. Dicen que cuando llega al extremo del tejado, cae de rodillas y alza su rostro al cielo, es entonces cuando desaparece. Nadie duda, es el espíritu de Elena Zapata, uno de los “habitantes” de “la Casa de las siete chimeneas”.
Desde su construcción, allá a finales del siglo XVI, siempre ha estado rodeado de hechos un tanto oscuros. Conspiraciones, amores prohibidos, muertes en extrañas circunstancias e incluso un motín tan famoso como el de Esquilache han sucedido en su interior.
Dicen que Elena fue una más de las múltiples amantes de Felipe II, y que al cansarse de su compañía le arreglo un matrimonio con un joven militar de una noble familia, los Zapata. A los pocos meses después de contraer matrimonio, el joven, convertido en capitán, partió a la guerra de Flandes, donde falleció apenas entró en combate.

Elena queda sola en el enorme caserón que habitaba desde que contrajera matrimonio, algunos dicen que regalo de bodas del propio rey, y que según las malas lenguas, al caer la noche, acudía ocultándose bajo un disfraz a visitar a la joven viuda.  Rumores que se extendieron rápidamente cuando una mañana Elena apareció muerta en su alcoba.

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Para alimentar mas las suspicacias el cadáver de Elena desapareció en extrañas circunstancias y a los pocos días, el padre de ésta apareció colgado de una viga. Pronto se extendieron las habladurías, y de estos nación la leyenda de que en noches oscuras se veía el fantasma de la doncella en el tejado de la casa.

Pero la historia de la casa  no acaba aquí, ni mucho menos. Años después, todavía con Felipe II como monarca, otra joven muere en su misma noche de bodas con un viejo hacendado Indio. Parece ser que la joven esposa también tenía ciertos encuentros con el rey. La joven apareció en los sótanos del palacete con un puñal clavado en el pecho y las arras, regalo del rey, esparcidas a su alrededor. También son muchos los que aseguran que esta doncella también vaga todavía hoy en día por los sótanos de la casa.

En 1776, durante el llamado motín de Esquilache, una multitud enfurecida con el que era ministro de Hacienda de Carlos III acudió a la casa con intención del linchar al marques, por sus medidas represoras, al no encontrarlo se ensañaron con uno de sus mayordomos, al que dieron muerte a garrotazos.

Tras pasar por diversas manos a finales del siglo XIX, la casa fue reformada para convertirse en sede del Banco de Castilla, durante éstas reformas fue encontrado el cadáver de una mujeer, junto con  una bolsa de monedas de la época de Felipe II, y por si no fuera suficiente, en otra reforma, esta vez en 1.960 se desenterraron los restos, esta vez de un hombre, emparedado entre sus muros.. En la actualidad el edificio es la sede del ministerio de cultura.

Cuatrocientos años, varios dueños, varias utilizaciones, varias reformas, y la leyenda continua.

Fran González

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