La Campana nazi y los viajes en el tiempo

Durante la última parte de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1943-1945, en la Alemania nazi, existió un proyecto ultrasecreto llamado ‘Die Glocke’, que quiere decir La Campana, era una nave capaz de realizar viajes en el tiempo. Se cree que en este periodo de tiempo consiguieron descubrir tecnología extraterrestre nunca antes vista y sobre todo sorprendente, la cual utilizaron para crear armas y naves misteriosas. Hitler estaba convencido que con ‘La Campana’, conseguirían ganar la guerra.

Existe un halo de misterio sobre su existencia, sobre todo sobre los fines para los que se construyó. Se sabe de su existencia por los documentos desclasificados, además de la información revelada por el mayor experto en el tema ocultista, el polaco Igor Witkowski, quien dedicó 20 años en investigar los fines de la creación de dicha nave, reveló los resultados en su libro: ‘La verdad sobre la maravillosa arma’, en donde afirmó que recibió asombrosos detalles por parte del gobierno de Polonia y de un funcionario, del cual desconoce su identidad, sobre varios proyectos realizados por los nazis, entre ellos ‘La Campana’.

Der Riese

En una ubicación secreta nazi, entre las montañas Owl y el castillo Książ, existía una base experimental ultrasecreta, conocida por ‘Der Riese’ (El gigante), contaba con siete laboratorios, ocultos bajo las montañas. Utilizaron a trabajadores forzados, tanto soviéticos como polacos, para construir la base, en todo momento estuvieron vigilados por la Shutzstaffel (SS). Según Witkowski, existía un ingeniero alemán encargado, su nombre era Hans Kammler general de la Waffen Shutzstaffel, quien también colaboró en la investigación de los cohetes V-1, V-2 y además en el prototipo del V-3.

Hitler ordenó directamente a Kammler a que se encargara del proyecto, además también se le responsabilizó de la muerte de 62 científicos, quienes colaboraron en el proyecto y que murieron en extrañas circunstancias, las cuales nunca se resolvieron. Desapareció por la época de los juicios de Nuremberg, se sabe que Estados Unidos nunca lo reclutó para sus investigaciones tecnológicas y la Unión Soviética no confirmó si residía en su territorio.

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