Hierbas mágicas: alejar a las brujas
Hierbas mágicas: alejar a las brujas
La primera referencia que encontramos de prohibición de brujería se halla en el Código de Hammurabi, y en la Biblia nos encontramos con este texto: “no sufrirás que los hechiceros queden con vida” ( éxodo 22,18). Sin embargo, en sus primeros tiempos y hasta la inquisición, la Iglesia católica no sólo permitía la brujería sino que utilizaba sus servicios. De ahí la extrañeza de aparentar querer alejar a las brujas
Sea como fuere la población les tenía un gran temor y las culpabilizaba de todas sus desgracias, ya fueran las malas cosechas, que enfermase el ganado, la esterilidad de las mujeres, enfermedades en la familia o el fallecimiento prematuro de sus hijos, y así surgen diversos métodos para alejarlas. Lo más común era utilizar las hierbas del campo y aquí os dejo algunos ejemplos.
La brujería por el mundo
En Alemania se hacían saquitos de hierbas rellenos de comino, que se colgaban al cuello para protegerse y defenderse de las brujas, y de los malos espíritus que las suelen acompañar. Todo era útil para tratar de alejar a las brujas.
Mas alla de la Europa continental, en Gran Bretaña se utilizaba la agrimonia, planta que decían tenía el poder de detectar la presencia de brujas, y además si la noche te encontraba fuera de casa te protegía de ellas si tenías la mala suerte de encontrártelas en sus paseos nocturnos.
Por toda Europa se utilizaba colgar ramas de Sabina en la entrada de las casas. Se decía que una vez enviados los conjuros y las maldiciones por parte de las brujas, el hecho de encontrarse con las ramas de Sabina los confundía y que así las invocaciones se entretenían contando las hojas.
Destacable que en algunas tribus de África, ( esto se sigue haciendo), consagran ramas de laurel con sangre y son utilizadas como protección.
Por el norte de África está muy extendida la práctica de poner en la puerta de entrada de la vivienda, polvo de bloques de arcilla formando una línea, para impedir el paso de brujos. La creencia es que quien se vea impedido a cruzar el umbral por una fuerza misteriosa es porque pertenece a la familia de los brujos oscuros.
Los íncubos
Finalmente nos encontramos con una antigua tradición. La noche de San Gil, protector entre otras cosas de los íncubos y de los miedos, se libra una batalla entre brujas para proteger las cosechas y las vendimias y alejar a las brujas.
Las brujas buenas van armadas con varas de hinojo, planta muy eficaz para mantener a raya a las brujas malvadas y alejarlas. Así que ya sabéis, depende como haya ido la cosecha, a quién le tocó ganar.