Gato “Blanco”
Gato “Blanco”
Y ahí estaba. Dentro de la caja de cartón y mirándome fijamente…. alguien debía de haberlo abandonado allí.
Era un gato, un pequeño gatito blanco y negro el cuál me miraba con esos pequeños ojos relucientes, nunca me gustaron los animales, aún menos los domésticos, pero ese pequeño y tierno animal abandonado a su suerte en la acera dentro de una pequeña y sucia caja de cartón me estaba revolviendo mi ya sucia conciencia y causándome una extraña sensación de pena. Una pena jamás experimentada hacia ninguna persona ni animal en mi vida
- Debo marcharme – pensé, y al mismo tiempo que me alejaba, una tormentosa angustia recorría mis entrañas a la vez que escuchaba el tormentoso sonido del maullido del desdichado gato. – No puedo hacerlo – pensé, –
Adoptar el gato
No puedo dejarlo ahí, a la mano de Dios -,un inesperado remordimiento de conciencia me invadió de repente y inmediatamente me di la vuelta en dirección al gato-cuidaré a este pequeño ,tengo que hacerlo, pobre animal-.Rápidamente agarré la caja de cartón con mi “nuevo amigo” dentro(me sería más fácil para transportarlo)y decidí en ese mismo momento llevármelo a casa.- Para un hombre solitario como yo -pensé – será una muy buena compañía, y quizás, quien sabe, eliminaría las ratas del garaje -. Lo llamé “Blanco”.
En muy poco tiempo nos hicimos muy buenos amigos….estábamos los dos juntos todo el tiempo que podía. jugábamos juntos, dormíamos juntos, ¡hasta comíamos en la misma mesa juntos!, y hasta la misma comida….puede sonar un poco a locura pero no.resulta que mi amor por ese gato era realmente indescriptible.
Buena relación inicial
Él me despedía cuando me marchaba a trabajar y me recibía cuando llegaba del trabajo, incluso me esperaba en la ventana las ocho ó nueve horas que tardaba en llegar. Pero no, no podía más, no podía estar tanto tiempo sin él, tenía que dejar el trabajo como fuera. Tenia que estar con “Blanco”.
Pasaron las semanas y las cosas parece que empezaron a ir a mejor….yo empecé a faltar a mi puesto de trabajo casi a diario y podía estar casi todo el día con él. Dejé de descolgar el teléfono, y de hablar con mis “otros” amigos. “Blanco” me aportaba mucho más y me hacia sentir mucho mejor, era perfecto. Era fiel a mi, no se quejaba, no me tenia envidia ni celos, no hablaría de mi a mis espaldas como harían la mayoría de mis “otros” amigos humanos. Él no era así. “Blanco” no me traicionaría ni jamás me haría sentirme mal nunca. Era imprescindible para mí y no necesitaba a nadie más. Solo a él, a “Blanco”.
De lo mejor
Pasaron los días y todo iba mejor aún si cabe entre los dos. Por fin me despidieron del trabajo por reiteradas faltas de asistencia pero era lo mejor, lo que yo quería. Lo que los dos queríamos, no tener que ir a trabajar más ,es más, no pretendía salir de casa nunca más. No podía estar un sólo minuto sin “Blanco” .Ese mismo día que me despidieron del trabajo tuve una gran idea,esta sería la última vez que dejaría a mi precioso gato sólo en casa. No disponía de mucho dinero pero lo poco que me quedaba tenía claro en que los iba a invertir.
A la mañana siguiente nada mas despertarme fui directamente a mi sucursal bancaria y retiré todo el efectivo del cuál disponía. Sólo le tuve que explicar al director del banco,(el cuál conocía de casi toda mi vida)que me iba de “viaje sabático”.-
Pasar el día con él.
Por fin -pensé,- ahora sí que podré estar con mi gato las veinticuatro horas, seré el hombre más feliz del mundo. Al despedirme lancé una mirada burlona:-¿Quién sabe, quizás fuera la última vez que lo viera, no?-eso sería una buena señal….
A continuación y esa misma mañana decidí gastarme todo mi dinero en el supermercado.- No puedo salir -pensaba,- tengo que estar con “Blanco”, pero tengo que comer, tenemos que comer -.No podía dejar de pensar en que me había sonreído la suerte. Ya no iba a tener que salir nunca más de casa. Con todo el alimento que había comprado no iba a tener que salir de casa más por lo menos hasta uno o dos años. Una temporada juntos. Sería la época más feliz de mi vida. Uno o dos años enteros junto a “Blanco”….
Pasó el tiempo
Los meses fueron pasando y todo marchaba viento en popa. No tenia que salir de casa para hacer la compra, no tenia que salir de casa para pagar las facturas, no tenia que aguantar a los llamados “amigos”, no tenia que descolgar el puto teléfono ni tener ninguna responsabilidad excepto la de cuidar a mi querido y amado animal. Pronto cortaron el suministro de luz desde la compañía eléctrica pero mi mente no le daba importancia a ningún impago. Yo era feliz junto a “Blanco” y eso no había factura, persona o hecho que pudiera quitarme la sonrisa cada vez que lo miraba ….mirándome….observándome con esa mirada y esos enigmáticos y cautivadores ojos de gato, No me hacia falta la luz, ¿quién quiere luz? esa era mi luz.
Transcurrían los días y las semanas y mi gozo y felicidad no empequeñecía. La sensación de alegría, bonanza y satisfacción no cabía dentro de mi. Cada vez iba en aumento.
Amor casi animal
Lo que sentía por ese(ya no tan pequeño)animal que un buen día llegó a mi vida sobre una vieja acera era indescriptible, inenarrable….era un amor casi animal lo que mi corazón sentía por ese fascinante y extraordinario gato. Pronto se empezó a acabar la comida.- Tenemos que administrarnos, “Blanco”, tenemos que comer menos. A ver que puedo hacer ….-.Al cabo de pocos días la nevera y la despensa estaban vacías. Al igual que nuestros estómagos. Mi aspecto supongo que tampoco sería bueno, no sé, no me miraba al espejo, no me importaba….lo único que me importaba era estar al lado de “Blanco” todo el tiempo.
Necesitaba buscar comida, pero no podía salir, salir de casa jamás….dejarlo sólo no, nunca, imposible, y llevarlo conmigo y que se escapara y perderlo para siempre en absoluto. tenía que pensar otra manera, tenía que haber alguna manera, tenía que encontrar una solución….y además no tenia dinero.
Hambre
Tendría que robarlo, ¿y si me cogen?,¿y si me separan de “Blanco”?. Tenía la solución enfrente de mis narices y no me estaba dando cuenta….
Los dos primeros días, aunque con mucha hambre y un nudo insoportable en el estómago los llevé más o menos bien. Al tercer día ya no podía más, no podía ver a mi precioso gato así, necesitábamos comer, “Él” necesitaba comer….No tenía fuerzas ni para levantarme y mi querido gato estaba hambriento y desesperado, desnutrido, y sus maullidos retumbaban en mi cabeza como un martillo. Tenía que solucionarlo ya, por nuestro bien, por el bien de los dos, de “Blanco” y yo.
Desmembramiento
Empecé por el dedo pequeño de la mano izquierda:
-En fin, ¿para que los quiero?, con la mano derecha me apañaré, además, este dedo nos salvará la vida, no pasa nada-.Sonó un chasquido, salpicó la pared, la sangre no paraba de brotar:-no pasa nada, “Blanco” ,tranquilo, ya mismo parará….-no sentía dolor, o mejor dicho creo que si sentía dolor pero mi amor y mis tremendas ganas de estar con “Blanco” además de tener la necesidad de tener algo con qué alimentarnos los dos pienso que anulaba totalmente la sensación de dolor. Era feliz. De una sola cuchillada corté la mitad del dedo amputado y se lo ofrecí al gato. “Blanco” no dudó y lo engulló enseguida con ansia, como si fuera lo único que hubiera ingerido en vida, el animal estaba totalmente hambriento.
Comienza el canibalismo
Yo me demore un poco más. Pero no, al final no era para mi….pensándolo mejor yo podía aguantar algo más de tiempo sin comer. Seguidamente le introduje la otra mitad del dedo en la boca a “Blanco”….así era mejor. Inmediatamente me quedé dormido, sonriendo, mirando cómo “Blanco” deshacía entre sus pequeños dientes y colmillos manchados de sangre los músculos y tendones de lo que quedaba del dedo amputado.
El sonido de la lengua del gato lamiendo la sangre del suelo me despertó. Miré mi mano, y lo que quedaba de mi dedo….tenía un aspecto horrible, pero no podía hacer otra cosa. era feliz, estábamos juntos, los dos, para siempre, y eso era lo que importaba.
El siguiente dedo me costó un poco más de esfuerzo cortarlo.
Seguía el canibalismo
Al ver que con la primera cuchillada no logré partir el hueso, asenté el dedo en el suelo ,y, apoyando el cuchillo firmemente sobre el dedo, pisé el cuchillo con tal fuerza que hizo salir disparado el dedo de la mano junto con un gran caño de sangre. Así hice con los tres dedos restantes. Salía mucha sangre pero nunca me eché atrás, Ya no, nunca lo haría. “Blanco” haría lo mismo por mi….Pero eso no era suficiente, necesitábamos más alimento.
Mi cuerpo ya estaba sentado sobre un gran charco de sangre cuando terminé de cortarme el brazo. La sangre corría por el brazo desmembrado como un río de lava ardiente….me encontraba bien. Creo que estaba perdiendo el conocimiento. pero estaba bien.” Blanco” estaba junto a mi, mientras chupaba, mordía y lamía lo que quedaba de mi ensangrentado brazo….Poco tiempo después ya había ingerido una buena parte del brazo pero quería más, quería seguir comiéndome….y yo me dejé.
Estaba feliz. Me estaba quedando dormido…. – adiós “Blanco”-.