A menudo me pregunto cuanto nos condicionan en la vida aquellas películas que vemos en nuestra infancia. El hada es buena, la bruja mala; los indios son malos, los americanos los buenos; el malo siempre es grande y feo, el bueno guapo y esbelto. Los parámetros que condicionan nuestras normas morales, en el fondo, no forman parte de nuestro libre albedrío, nuestros parámetros están condicionados por todo aquello que vemos u oímos.

En el programa de anoche tratamos de los atentados de falsa bandera, dicho de otra forma, aquellos actos vandálicos cometidos por un bando de tal forma, que ineludiblemente se culpará al otro. Si no hay un enemigo, lo creas, el bien y el mal son un mal necesario para el equilibrio.

Momentos de tensión

Estamos viviendo tiempos turbios, y parece que la tan profetizada guerra entre oriente y occidente es inevitable,  tiempos en los que no toca tomar partido de un bando o de otro, tiempos en los que hemos de decidir quienes son los buenos y quienes los malos.

Seamos justos

Imagino que la gran mayoría de los que leáis este artículo vivís en occidente, en esa parte del mundo tan lleno de ambición, ansias de poder y deseos de riqueza, en esa parte del mundo que en base a predicar la justicia universal machaca pueblos enteros a los que más que enemigos consideran el eje de todos los males. Ahora toca criticar a esa nuestra parte del mundo, es lo políticamente correcto, y lo, porque no decirlo, la tendencia de moda. Tampoco seamos tan hipócritas, con todas sus imperfecciones, a pesar de las injusticias y algunas otras a priori causas perdidas, en el fondo tenemos suerte, si viviéramos en la otra parte del mundo, posiblemente yo sería condenado a recibir una buena dosis de latigazos en una plaza pública,  y encerrado posteriormente unos cuantos años en una de esas cárceles, en las que abogar por los derechos humanos para reclamar una dieta alimenticia equilibrada, un buen servicio médico o un régimen adecuado de permisos penitenciarios, causaría cuanto menos risa, o lágrimas.

La historia

Atentados de falsa bandera, los hemos vistos a lo largo de la historia, los estamos viendo en la actualidad, y no me cabe la menor duda de que los seguiremos viendo en el futuro, y nuestro deber es descubrirlos, difundirlos y criticarlos, mientras podamos, pero siendo objetivos, los malos quizás tampoco sean tan malos, ni todos los buenos son tan buenos, de igual manera que hay pobres en el norte, y ricos en el sur.

El hombre no ha podido salir de la caverna. Interpreta solo lo que ve, o lo que quiere ver, movido por su instinto y su sentido de supervivencia. Desconocen su papel en el mundo, no sabe discernir entre lo que es importante y lo que no. Ssolo se proyecta a través de las sombras que proyecta la hoguera, al igual que su entorno solo ve la sombra que este proyecta.

                    (Resumen muy personalizado del mito de la caverna de Platón)

Fran González

 

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