Esta casa está muy embrujada
Esta casa está muy embrujada
Spain 2014: La casa estaba embrujada. Los últimos habitantes desahuciados por impago con el banco salieron zumbando a pesar de la manifestación solidaria anti desahucios que se montó ante su domicilio. Los antidisturbios y agentes del juzgado entraron y salieron también a toda prisa, horrorizados de lo que vieron en el piso.
En el domicilio habían sucedido varios asesinatos rituales, suicidios, misas satánicas y algún que otro aquelarre. Los espíritus campaban a sus anchas por la vivienda. El banco decidió enviar un exorcista del Opus, ya que eran accionistas de la entidad , pero fue en balde. Tras varios intentos el cura dimitió y se marcho a una comuna hippie en California. Por fin el departamento de Marketing y publicidad corporativa, encontró la solución.
Ofrecerían el piso en alquiler como un plan social de ayuda a los necesitados, harían un video y demostrarían al mundo su preocupación por los problemas que sufría la sociedad. El Banco quedaría de puta madre y seria patente su sensibilidad por los problemas derivados de la crisis. Los nuevos vecinos no tardaron en llegar. Una pareja, los dos en paro con una paga de 450 Euros y dos hijas.
Los espíritus, quizá llevados por la rutina iniciaron sus maldades. Cortes de luz intermitentes, que la pareja achaco a los impagos de la luz, puertas que se abrían y cerraban misteriosamente, que los chicos pensaron que se debían a la deficiente construcción del inmueble, hasta llegaron a materializarse por los pasillos, los nuevos vecinos los confundieron por okupas que intentaban ocupar la habitación vacía.
Ante tal falta de sensibilidad esotérica, los fantasmas decidieron espiar a la pareja. Observaron a la familia en silencio. Como llegar a fin de mes, cuando ir a los servicios sociales, como apuntar a las niñas en el comedor de una ONG, etc. Los malvados espíritus celebraron un conclave, y tras mucha discusión, decidieron abandonar la casa y trasladarse.
El director general del Banco, el señor Fotin, sentado en su sillón de piel de elefante regalado por el Rey, se estaba masturbando con los beneficios del tercer trimestre del año. De repente un aliento frio recorrió su espalda, unas niñas de aspecto maléfico se materializaron ante su mesa, cientos de espíritus recorrían su despacho.
Corrió aterrorizado con los pantalones a la altura de las rodillas hacia el departamento de Marketing y aquello parecía una escena de la película “El resplandor” de Stanley Kubrick. Todo el Banco parecía un exorcismo continuo. Ni los “Ghostbusters” hubieran solucionado aquello. La gente empezó a tirarse por las ventanas. Él, el primero.
Y es que los ectoplasmas también tienen su corazoncito.