El vestido encantado de Anna Baker
El vestido encantado de Anna Baker
En Altoona, Pennsylvania esta la famosa Mansión-Museo Baker. Su dueño fue un magnate del hierro, Elias Baker. Su hija, Anna Baker tenía todo lo que quería a su disposición, pero lo que más quería era encontrar a su verdadero amor.
El padre pretendía que su hija terminara casada con algún joven que perteneciera a su mismo círculo social. Pero ya se puede adivinar lo que ocurrió. En 1849 Anna terminó enamorándose de un simple trabajador de su padre. Se comprometió con el muchacho a escondidas de su padre y hasta se compró el vestido de novia.
Esto no le hizo ninguna gracia a Elias y se opuso al compromiso y desterró al joven lejos de Altoona. Elias condenó a su hija a la soltería ya que Anna se negó a contraer matrimonio con el hombre que eligió su padre y vivió en soledad, enfadada y amargada hasta su muerte en 1914.
El destino del vestido
El vestido de novia que Anna se compró con la ilusión de casarse con su amado fue estrenado por una mujer rica de una familia local, Elizabeth Dysart.
Después de esto el vestido se mantuvo guardado muy cuidadosamente y fue encontrado años más tarde, cuando la casa de la familia se transformó en un museo.
El vestido se colocó en un maniquí en frente del espejo, en la que fue la habitación de Anna. Esto es, supuestamente, la forma que Anna encontró para estar siempre delante del espejo, mirándose vestida de novia.
El vestido encantado
Después de la muerte de Anna algunas personas han declarado que han visto como el vestido se movía solo, como si hubiera alguien debajo de la tela, sobre todo en luna llena.
Diferentes investigadores han estudiado el caso intentando aclarar que todo se debe a circunstancias naturales, algo que no han logrado a día de hoy. Nadie puede estar seguro de por qué el vestido se mueve sólo, aunque muchos especulan que la novia despechada, Anna Baker, ha recuperado su vestido.