El Poltergeist de Battersea

Una serie de sucesos que consiguió el cuestionamiento de lo más escépticos. Los hechos ocurrieron en una casa al sur de Londres, durante el mes de enero de 1956. Un día, Shirley Hitchings de 15 años de edad, encontró una pequeña llave plateada sobre su almohada, esa noche la familia comenzó a experimentar una serie de eventos inexplicables en la vivienda, que atormentaban a la familia, como explosiones, voces incorpóreas, sonidos extraños o arañazos.

La casa encantada

Ubicada en Wycliffe Road, 43, una casa adosada en el tranquilo barrio de Battersea al sur de Londres, una zona bastante aburguesada ahora, pero en 1956 era una zona trabajadora bastante pobre. La casa estaba habitada por la familia Hitchings, compuesta por el padre Wally Hitchings un hombre alto y desmadrado que era conductor de trenes de metro en Londres, que en esa época tenía cuarenta y tantos años, la madre Kitty Hitchings, un poco mayor que Wally, era empleada de oficina, su hija Shirley, que en esa época tenía 15 años y a punto de comenzar la escuela y arte, trabajaba a tiempo parcial como costurera en los almacenes Selfridges, Ether, madre de Wally, que entonces tenía 73 años y John el hijo mayor, adoptado por el matrimonio de 20 años.

Desde el día que Shirley encontró la llave en su almohada, la familia comenzó a escuchar golpes y rasguños muy extraños e inexplicables, algunos llegaban a ser tan fuertes que se podían escuchar desde la calle. Poco tiempo después, comenzaron a moverse los objetos, sin que nadie los tocara. De repente, las sábanas volaban de las camas y llegaron a ver las pantuflas del padre caminando solas por el suelo, después flotaban, salían por el pasillo, dirigiéndose a la puerta principal y de pronto caían al suelo. Estaban aterrados.

Los hechos

Unas semanas más tarde, comenzaron arrojarles objetos. En una ocasión Shirley comentó que: ‘Las ollas y sartenes en la estufa de la cocina en la habitación contigua salían volando por la puerta, cruzaban la habitación y aceleraban. De repente venían hacia ti, intentabas esquivarlos, en ocasiones flotaban y bajaban al suelo, en otras chocaban en la pared.’ Un día toda la casa tembló, la familia pensó que se trataba de un ataque aéreo.

Intentaron sacar de su casa al poltergeist de Battersea, Wally Hitchings, padre de Shirley, organizó un exorcismo con el médium Harry Hank, pero cuando estaba a mitad de camino fue detenido por la policía. Llegaron a convertirse en noticia en todo el país, el diputado laborista de Brixton, el teniente coronel Marcus Lipton planteó el problema de los Hitchings en la Cámara de los Comunes en el año 1956, en donde solicitó que el ministro de Interior Gwilym Lloyd George, diera una disculpa por la detención, a lo cual el ministro se negó y le recordó a Lipton que: ‘La magia negra es un delito’.

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Siguen los hechos paranormales

En la casa comenzaron a aparecer escritos garabateados, ocurrían incendios sin motivo aparente y llegaron a encontrar una nota escrita a mano dentro de un cuaderno de Shirley en el que decía: ‘Shirley, ya llego’.

La actividad paranormal en la casa parecía centrarse en ella. La familia decidió darle un nombre al espectro que los atormentaba, decidieron llamarlo ‘Donald’, porque les parecía que estaba tan malhumorado como el personaje de Disney. La abuela Ethel, pensó que su nieta estaba poseída, así que un día le arrojó agua bendita como un intento para exorcizar al espíritu.

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