El perro y el cuadro

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El perro y el cuadro

Cuando tenía quince años, uno de mis tíos falleció con veintisiete años de forma violenta. Hace unos años, tanto mi tía como mi hermana fallecieron, entonces entre las pertenencias de mi tía apareció un cuadro, el cual había pintado una amiga suya, quien se basó en una fotografía. Este cuadro estuvo en diferentes sitios de la casa, pero hasta hace poco tiempo quedo situado en un lugar preferente y definitivo, era el lugar que tenía previsto mi abuela, en donde está permanente alumbrado día y noche. El perro y el cuadro

Intuición perruna

Quien reaccionó de forma extraña fue el perro de mi madre. Era la primera vez que veía el cuadro y mi madre me comentó que el perro había reaccionado de forma extraña, erizándose y gruñendo a la imagen directamente, como estaba en una casa que no era la suya no le dimos importancia. Tengo que decir que a mí, el cuadro siempre me ha inquietado bastante, porque realmente se parece mucho, pero con esos ojos fijos que tienen los retratos y que siempre producen una sensación extraña.
Pero hace un par de semanas, estábamos reunidos en el salón donde está el cuadro mi madre, mi marido, mi abuela, mi perro y yo en ese salón donde está el cuadro. Mi perro ha visto muchas veces el cuadro y no le presta atención. Sin embargo aquel día, de repente comenzó a ladrarle como loco, también estaba erizado e histérico. A mi se me pusieron los pelos de punta, al mirar tanto al perro como al cuadro y no conseguía entender nada.

Miedo

Se me ocurrió cogerlo en brazos y acercarlo al lienzo para que lo oliese y se calmara, entonces comenzó a olerlo y se calmó, pero al dejarlo de nuevo en el suelo comenzaba otra vez a ladrar fuera de sí a una distancia prudencial. Volví a repetir el proceso de acercarlo y que lo oliera, varias veces pero nada, entonces lo saqué a la calle y al volver a entrar en el salón se volvía a repetir la escena. Finalmente no tuve más remedio que dejarlo en el jardín, porque era imposible tenerlo en el salón.
No entendía que sucedía con mi perro, si veía, escuchaba o intuía algo, pero su actitud no era normal. No suelo dar importancia a estas cosas, pero si me resultaba extraño que dos perros tuvieran la misma reacción. Pero sobre todo, que en las ocasiones anteriores no hubiera reaccionado y en esta ocasión si, era extraño.
También me parece raro porque no creo que los perros vean el retrato como una representación de una persona. No creo que identifiquen las cosas dibujadas, ni fotografiadas. Verán cosas, claro que sí, pero no saben si es una persona, un jarrón o un coche.
En estos días probaré otra vez a llevar al perro a esa sala y que vuelva a verlo para ver cómo reacciona esta vez.
María Iglesias

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