El mito de Tagete, un mito etrusco
El mito de Tagete, un mito etrusco
Es un tema recurrente la figura de un niño de origen sobrenatural en las antiguas civilizaciones, para representar el nacimiento de una religión o civilización. Así como en Roma existe la figura de los dos gemelos, Rómulo y Remo. Por otro lado el cristianismo tiene al niño Jesús. En el caso de los etruscos tuvieron a Tagete, una divinidad que les transmitió toda la información y la sabiduría sagrada.
Mito de Tagete
Cuenta el mito que un lugareño llamado Tarchun estaba tranquilamente arando sus tierras. De repente de un surco surgió un jovencito con la sabiduría de un anciano. Ante éste prodigio acudieron los doce lucomones, o sea, los máximos sacerdotes, que tomaron buena nota todo lo que el niño les explicaba.
Todo ello quedo plasmado en unos libros que después se llamarían Aquerontes. Una vez que Tagete acabó de dar toda la información desapareció sin más, de la misma manera que había apareido, como una divinidad, como el humo.
La leyenda nos transmite que este muchacho era hijo de la Madre Tierra. También se dice que era sobrino del dios celeste Tinia. Este jovencito de origen divino marca una nueva era en cuanto a religión y civilización.
Se cree que en estos textos sagrados se hablaba sobre el mundo subterráneo y el terrestre, un Libro de los Muertos, donde se explicaba cómo podía transitar el alma entre las orillas del río Aqueronte, el río del más allá. Pero no fue esto lo único que les enseñó, también el arte de la aurispicina, el método adivinatorio para leer el porvenir en las vísceras de los animales, sobre todo en el hígado y los intestinos, animales que habrían sido específicamente sacrificados para este fin. Pero de este arte ya hablaremos en otra ocasión.