El final de los días
El final de los días
Se acerca el fin de todas las cosas ( ped.4,7), le encantaba esta frase bíblica, de hecho hasta la tenía grabada en la pared de su despacho en el piso 50 de su edificio en el Midtown de Manhattan. Él era JF Stanley, grandísima fortuna mundial y especulador de profesión. Aquella era su reencarnacion número cientocincuenta.
No se consideraba normal que alguien recordara sus reencarnaciones, algunos le habían comentado que lo suyo no era un mal Karma, sino una putada de Karma. Pero a el le gustaba, todas sus reencarnaciones habían sido en personajes maléficos para la humanidad.
Sus reencarnaciones
Desde Torquemada quemando y torturando a cientos de infieles, aquello solo había sido un divertimento, a un conquistador español en el Nuevo Mundo, masacrando a cientos de miles de indios con la cruz y la espada, aquello le había puesto cachondo, hasta el mismísimo Adolfo Hitler , con su solución final y millones de muertos. Hasta estuvo a punto de reencarnarse en el presidente Truman autorizando el lanzamiento de bombas atómicas en Japón, pero un cabrón se le coló en la cola de las reencarnaciones.
Le gustaba el mal y su objetivo era acabar con la Humanidad de una vez y acabar con su rueda de reencarnaciones, le dolían los pies después de tantos siglos. Había financiado bajo mano a grupos yihadistas y anti-yihadistas para iniciar otra guerra en Oriente Medio, pero como si nada, como si lloviera, el mundo ya se había acostumbrado.
En Ucrania se las afanó para que el principal banco del país no pudiera hacer frente a su deuda de 40.000 millones y que USA, Rusia y la UE se liaran a bombazos, pero nada un fracaso, unos cientos de muertos, cuatro charlas entre Putin y Obama y aquí paz y allí gloria.
El plan
Pero esta vez tenía un plan infalible. Mediante sus contactos en el mundo financiero, hizo correr el rumor de que el principal banco mundial, el HP Morgana & Freeman, estaba hasta el moño de deudas y no podía hacer frente a sus deudas. El mundo enloqueció. Después, tras años de comprar deuda de casi todos los países del mundo, la sacó al mercado causando un cirio de proporciones planetarias.
Los países se liaron en guerras políticas, religiosas, con cualquier excusa para tapar sus chapuzas económicas. Los chinos, que ya llevaban años haciéndolo, sacaron de repente todas sus reservas de dólares al mercado para joder a Estados unidos. Un general USA aprovechando el desconcierto y dolido por su reciente divorcio pasó el estado de alerta de DEFCON 5 a DEFCON 1.
Un coronel ruso a la tercera botella de vodka le dio al botón rojo sin permiso del Kremlin. Y se lio. El planeta, como unos fuegos artificiales del 4 de Julio, exploto. JF Stanley, por fin había conseguido su objetivo, acabar con la Humanidad.
Pero despertó convertido en bacteria en el mar de un lejano planeta de la Constelación de Orión. Vuelta a empezar con la rueda de reencarnaciones. Mierda de Karma.