El casco de Dios

En realidad,  no fue diseñado específicamente para provocar experiencias místicas sino para comprobar las “intrusiones” entre los hemisferios cerebrales. El casco de Persinger emite un campomagnético rotario débil, mientras el sujeto permanece en un ambiente de cero estímulos, para evitar sugestiones externas. El casco estimula lo que se conoce como “punto de Dios” (G-Spot) en la amígdala cerebral.

Eso acompañado de las visiones que cuentan haber tenido algunos de los que lo han utilizado, han originado  a que se le conozca popularmente como el “Casco de Dios”.

Los seres humanos de todas las épocas y creencias han buscado como tener experiencias místicas mediante rezos, cantos, meditación, ayunos, sustancias químicas y mortificaciones.  ¿Y si al final llegar hasta allí resultara tan sencillo como activar magnéticamente la zona adecuada del cerebro?

Eso es lo que pensó el neurocientífico canadiense Michael Persinger, que inventó en los años 90 del siglo pasado lo que se ha llamado elcasco de Dios, lo que no es otra cosa que un casco de motorista cubierto de circuitos e imanes cuyo objetivo es estimular el lóbulo temporal del usuario y así recrear la “sensación de Dios”, aunque las experiencias que dicen sentir el 80% de los que lo han probado se extienden a una variada gama de presencias, incluyendo fantasmas, musas, extraterrestres y espíritus, o bien conexión telepática con otras personas.

Sin embargo, los intentos de replicar los efectos del casco de Dios por otros investigadores han sido vanos. Un experimento llevado a cabo por la Universidad Uppsala en Suecia concluyó que los sujetos no experimentaron efectos psicológicos fuera de lo común. El beligerante científico ateo Richard Dawkins también probó el casco de Dios y reportó sólo “un leve mareo”, que Persinger atribuyó a la “baja sensibilidad” en el lóbulo superior de Dawkins.

Por el contrario, la psicóloga experimental Susan Blackmore declaró: «Cuando fui al laboratorio de Persinger y me sometí a sus pruebas tuve las experiencias más extraordinarias de mi vida… Me sorprendería que todo fuese debido al efecto placebo»

De momento, poco más sabemos acerca del casco, tan solo lo que nos cuentan algunos de los que lo han probado, de modo que si tenéis curiosidad podéis acudir a la página web Shakti Technology donde lo podéis encontrar en dos versiones, la original y una versión mejorada y más discreta, más parecido a unos auriculares que a un casco.

El precio oscila entre $85 y 140 más gastos de transporte, los dos prometen mejorar la meditación e incluso inducir el sueño lúcido. Los principios de su funcionamiento se explican en la página web.  Pero ojo: hay quien piensa que el uso prolongado de este tipo de dispositivos para evocar experiencias místicas o transpersonales podría provocar adicción.

Fran González

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