Canción agridulce de Navidad
Canción agridulce de Navidad
Os presentamos, a continuación , la Canción agridulce de Navidad
¡Ten fe!
Parece que algunas personas solo sacan a pasear el altruismo, la solidaridad y la bondad ciertos días de su vida.
Uno de esos días es la antesala de la Navidad.
Solo se acuerdan de la gente necesitada, de los niños, niñas, ancianos, enfermos que no poseen nada en la antesala de la Navidad.
Algún purista dirá aquello de «mejor eso que nada» y… tiene razón; es mejor dar un mendrugo de pan un día que pan blando todos los días del año.
Ya, ya sé que esta reflexión es dura, tratándose el relato de una canción de Navidad y que aquellos que se dan por aludidos sin duda se removerán inquietos en sus asientos.
Parece como si hablar de la insensibilidad que nos rodea fuera de mal gusto al hacerlo, al hablarlo, al narrarlo y contarlo en estas fechas. Y simplemente se realiza la acción de los tres monos sabios de Japón; no ver; no escuchar; ni hablar.
Pero este relato sí es una canción de Navidad.
Es una canción de Navidad y un gracias universal hacia esas personas, las llamaré «estrellas de Navidad» que a pesar de las adversidades, a pesar de las injusticias, a pesar de tener una vida mísera, privativa, escasa, poseen algo fuerte, potente y de no valor material.
Esperanza; Fe; Energía positiva
Esa fe que mueve montañas.
La que te impulsa a seguir adelante.
Esa fe que fluye dentro del corazón de las «estrellas de Navidad» como lava candente.
Que hace y siente no estar solo.
Esa fe que da sentido a la vida.
La fe, la esperanza la energía positiva de gente variada, con varias caras, con varios problemas que rayan a veces en la locura al seguir la estela dura de la esperanza.
Esta oda es para ti «estrella de Navidad», que conviertes el sufrimiento en alegría.
Es para ti, que conviertes la tragedia de buscar alimento en la basura, en la mejor cena o comida de la Navidad.
Esta oda es para ti, «estrella de Navidad longeva», que conviertes la soledad de tu casa de anciano en la alegría de un hogar pintado y decorado con sonrisas desconocidas.
Esta oda es para ti, «padre, madre o tutor», que sabes reemplazar la tristeza de un solitario árbol de navidad— sin regalos— en la sonrisa franca y feliz de tus hijos cuando entregas un trozo de papel escrito con la frase «Vale por un regalo en un tiempo mejor». Aunque ese «tiempo mejor», tú sabes que todavía anda muy, muy lejano.
Estrella derrotada
Una oda realizada para ti, «estrella derrotada», ante la miseria de una guerra, ante el avance de la barbarie, de la matanza, de la inhumanidad. Por convertir en paz lo que tus ojos tristes observan y esa paz en un pensamiento positivo cuando imaginas un planeta puro, sin la barbarie de la guerra.
Esta oda también, es para ti, «estrella enferma», que luchas tenaz, aguerrida y brava contra las mil y una enfermedades que asolan a los habitantes de nuestro planeta.
Y una oda especial a ti, «estrella coraje» «niña heroína», que protagonizas un cuento absurdo de desigualdad en el siglo XXI. Tú que por ser mujer te imponen una mordaza, te ocultan tras un velo, te niegan algo básico: educación; libertad; alegría. Derechos fundamentales, básicos, que a pesar de los pesares, a pesar de tu opresor, sabes convertir en fuerza, empuje, coraje y gallardía.
Sin duda para ti Estrella de la Navidad, mis mejores deseos de paz, amor y un futuro que sí será mejor.
Rebecca van Winter