Amón-Re: La misteriosa pasajera del Titanic
Amón-Re: La misteriosa pasajera del Titanic
¿Quién a día de hoy no conoce la historia del Titanic? Nueve películas y un sinfín de documentales nos han dado todo tipo de detalles de este famoso transatlántico que se hundió la noche del 14 al 15 de abril de 1.912 frente a las costas de Terranova.
Cine y literatura nos han hablado de sus pasajeros, de los ricos y de los pobres, de sus amoríos, de sus odios, de su pasado y de sus sueños de futuro, pero prácticamente todos se han olvidado por completo de un pasajero muy especial, uno que viajaba en la bodega, en el interior de una gran caja metálica. Este viajero se llamaba “Amón-Re”, también conocida como la momia de la mala suerte.
Historia
Se cuenta que, a fines del siglo XIX, cuatro amigos oriundos de Inglaterra llegaron como turistas a la tierra de los faraones. Todos ellos gozaban de una excelente posición económica.
Estando en Luxor, un intermediario entre los mismos y un grupo de egipcios y franceses dedicados a profanar y robar tumbas para comerciar ilegalmente los botines obtenidos les ofreció venderles una momia. Se trataba de una princesa, aunque otras crónicas dicen que una sacerdotisa, Amen-Ra.
Quien tras morir y ser su cadáver momificado, fue guardado en un ataúd herméticamente sellado, en una bóveda oculta en Luxor, a orillas del Nilo, por orden expresa del Faraón. Uno de los turistas ingleses realizo una oferta desorbitada a la que los otros tres no podían hacer frente, si bien, entre todos acordaron llevarla al hotel, mientras buscaban la forma de hacer su traslado a Inglaterra.
Extraños sucesos
La noche de la jornada en que ingresaron la momia al hotel, su orgulloso propietario fue visto por varios testigos. Poco después se le vio abandonar precipitadamente su habitación, se adentró en el desierto, de donde jamás regresó. Al otro día, uno de sus amigos perdió un brazo tras ser disparado por uno de sus sirvientes egipcios. Un tercero del grupo, al regresar a Inglaterra, se encontró con que el banco donde tenía depositada la fortuna familiar había quebrado, sumiéndolo en la bancarrota.
El último comenzó a padecer de una extraña enfermedad que le hizo gastar toda su fortuna en médicos, curaciones y remedios, en sus últimos años de vida subsistía venciendo cerillas por las calles. Finalmente el sarcófago fue nuevamente adquirido por un comerciante londinense, tras la adquisición, tres parientes suyos sufrieron un accidente de tránsito y su casa se incendió, preso de un miedo supersticioso, acabó donándolo al Museo Británico.
Fallecimiento del conservador
El camión que transportó la momia, estando estacionado, dio marcha atrás inexplicablemente e hirió a un peatón que pasaba por el lugar. De los dos ordenanzas que subían la carga por las escaleras, uno tropezó con un escalón, y se rompió una pierna. El otro falleció de un infarto dos días después. Tras ser instalada la momia en la Sala de Egiptología se produjeron sucesos extraños, los serenos decían que en las noches de guardia se escuchaban martilleos y sollozos desgarradores que provenían del milenario ataúd y las limpiadoras se negaban a efectuar su trabajo en la sala.
A causa de estos incidentes se decidió su traslado a los sótanos. Tras el repentino fallecimiento de su conservador, y el posterior suicido del fotógrafo del museo, su director acuerda la donación de la momia al Museo Americano de Historia Natural de Nueva York . Se argumento este gesto altruista al exceso de momias en su centro. Esto no le libraría de la maldición, ya que también murió en extrañas circunstancias a los pocos días de acordar su traslado.
Nuevo destino
El 10 de Abril de 1.912, los restos de la princesa, cuidadosamente depositados en el interior de una caja metálica herméticamente sellada, embarcaban en el puerto de Southampton (Inglaterra) con rumbo a su nuevo destino. Y por supuesto, nada mejor para alguien de su alcurnia, que hacerlo en el Titanic. Se trataba de un lujoso transatlántico que ese día iniciaba su viaje inaugural, y del que además se decía que pasara lo que pasara nada lo haría naufragar.
Como ya dije al principio, imagino que a estas alturas, todos conocemos lo que pasó después. Lo que pocos saben es que en 1986 cuando se rescataron los primeros restos del buque hundido. Varios historiadores y científicos demostraron un extraño interés por una supuesta caja metálica, de cuyo contenido guardaban secreto.
Extraída la caja, y ya que al parecer la expectación iba en aumento, algunas televisiones acudieron a cubrir en directo la apertura de la misma. Una vez abierta no manifestaba ningún sigo de humedad a pesar de haber permanecido más de ochenta años sumergida en el agua. Cuando finalmente la abrieron, la sorpresa fue mucho mayor de lo que esperaban, la caja estaba vacía. Ante tamaña decepción, la historia de Amen-Ra acabó convertida en leyenda, cuando la realidad supera a la ficción y tiene difícil explicación, lo mejor es negarla.
De modo que en determinadas ocasiones lo único que nos queda es eso, acudir a la leyenda. Rrelata que al ser descubierto el sarcófago de Amen-Ra, del cuello momificado de esta colgaba una muleto. La inscripción era “Despierta del sueño en que te sumiste, la mirada de tus ojos triunfará sobre tus enemigos”.
Como siempre, yo solo explico la historia, opinar es cosa vuestra.