¿Cuentos con hadas?
¿Cuentos con hadas?
“No debes dejar que nadie defina tus límites por el lugar del que vienes. Tu único límite es tu alma”
Ratatouille
Erase una vez una muchacha griega de cabellos claros y piel muy blanca que es raptada por unos piratas para ser vendida en Egipto como esclava. Como no puede ser de otro modo, Rórope entra a trabajar en una casa donde es despreciada por siervas libres, chicas que la humillan por ser diferente, de otra raza.
Un día, mientras Rórope trabajaba en sus arduas tareas como esclava, entra un Halcón y le roba una de sus sandalias. Era el dios Horus Egipcio, quien huye audaz para ir hasta el faraón de Egipto y dejarle caer esa intrigante sandalia. ¿Por qué lo había hecho? El Faraón Amosis I, supo interpretarlo de inmediato: era una señal de los dioses. Debía buscar a la dueña de esa sandalia para hacerla su esposa. ¿Os suena la historia?
Cuentos infantiles
“Nihil novum sub sole” Nada nuevo bajo el Sol, y ni siquiera en los cuentos de hadas. La Sirenita, La Bella Durmiente, Caperucita Roja . . . Los Hermanos Grimm, Hans Christian Andersen, Disney. Cuentos infantiles, cuentos con príncipes, princesas, cuentos con un final donde todos son felices y comen perdices, o al menos eso es lo que nos han hecho creer, en realidad, muchos de estos cuentos, algunos de los cuales tienen más tiempo del que nos imaginamos, no fueron concebidos para el público infantil, en su origen, ni los príncipes eran azules, ni las princesas virginales, y las brujas, ni eran feas, ni eran brujas.
En lo que si nos pondremos de acuerdo es que muchos de ellos están llenos de sabios consejos, nunca hables con extraños; el lobo a menudo se disfraza para poder devorarnos; el hambre ciega la mente; los celos son una enfermedad o nunca juzgues a nadie por su apariencia.
Durante la infancia de Matoaka, allá por el 1.600, los enfrentamientos entre los colonizadores y los nativos americanos era algo común. En 1607, John Smith, un almirante de Nueva Inglaterra, soldado inglés y explorador, llegó a Virginia en barco con un grupo de cerca de otros 100 colonos. Un día, mientras exploraba del río Chickahominy, John Smith fue capturado por una de las partidas de caza de Powhatan. Fue llevado a la casa de Powhatan en Werowocomoco. Los relatos de lo que sucedió a continuación varían de una fuente a otra.
Matoaka
En la escritura original de John Smith, este dijo haber participado de una gran fiesta, después de lo cual se sentó y habló con el jefe Powhatan. En una carta escrita a la reina Ana, John Smith contó la historia de que Matoaka se arrojó sobre él protegiéndolo así con su cuerpo de la ejecución a manos de Powhatan. Aunque se cree que John Smith era un hombre pretencioso que dijo esta mentira para ganar notoriedad, por aquel entonces Matoaka tenía diez años.
Matoaka fue secuestrada en 1616, y su capturador pidió como rescate algunos prisioneros ingleses que estaba en poder de su padre. Tras un año sin obtener respuesta de Powhatan, el plantador de tabaco John Rolfe tuvo un especial interés en la atractiva joven prisionera, y finalmente, llegó a un acuerdo por su liberación condicionada a su casamiento con él. Matoaka fue bautizada con el nombre de Rebecca y en 1614 se casó con John Rolfe, el primer matrimonio registrado entre un europeo y una nativa americana.
Dos años más tarde, Rolfe llevó a Matoaka a Inglaterra promoviendo así una campaña de propaganda para respaldar la colonia de Virginia, apoyando a levantarse como el símbolo de esperanza para la paz y las buenas relaciones entre él, los americanos y los nativos. Se muestra a “Rebecca” como un ejemplo de una “salvaje” civilizada y Rolfe fue elogiado por su logro en llevar el cristianismo a las “tribus paganas”.
Matoaka murió a los 21 años por causas que hoy se desconocen. Algunas teorías van desde la viruela, a la neumonía o la tuberculosis, hasta que fue envenenada.
Pocahontas
Cuentan, que durante su estancia en Inglaterra, a Matoaka, la llamaban “Pocahontas”. Era un apodo despectivo que significa “niño mimado” o “un travieso”. Allí se topó con John Simth. Ella se negó a hablar con él, volviendo la cabeza y huyendo de su presencia, situación muy distinta del amor eterno entre los dos como fue retratado en la película de Disney.
Sin duda, Pocahontas es un claro ejemplo de como los cuentos cambiaron algunas historias. Por mi parte, solo me queda invitaros a que leáis lo que se esconde tras los llamados “cuentos de hadas”. Después que cada uno decida libremente la versión que le cuenta a sus hijos.
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