Leyenda del Patio de los Leones
Leyenda del Patio de los Leones. Homenaje a Washington Irving
Encumbrada en lo alto del monte “La Sabika”, se yerge soberana la Alhambra, y como tantas otras construcciones con un pasado tan histórico, tiene unas cuantas leyendas y de esas tantas, bueno como homenaje escogí esta, y el relato comienza así:
Érase una vez, hace ya mucho tiempo, una princesa árabe que se llamaba Zaira. Era muy bella, inteligente y sensible, pero su padre, el rey era todo lo contrario ;era frío, cruel, malvado y tacaño. La princesa, junto al padre, viajaron a Al-Andalus y se alojaron en la Alhambra de Granada.
La princesa estaba encantada con pisar Granada, que todo le parecía un sueño, en cambio, a su padre se le revolvía el estomago con cada paso. Al rey, solo con pisar Granada le entraban nauseas, mientras que a la princesa cada paso le parecía un sueño.
Zaira se sentía más granadina que africana, ya que su país le parecía un infierno. El rey prohibía a Zaira salir a la calle y relacionarse con la gente. Solo tenia la compañía de un talismán que le colgaba del cuello.
Solía pasar la mayor parte del tiempo en un patio muy iluminado. Un día se vio sorprendida por un muchacho que salto la valla, y que le dijo que la había visto desde fuera y que la quería mucho. Ella le instó a que se fuera, porque si se enteraba su padre, no dudaría en cortarle la cabeza, él o uno de sus once hombres de confianza. Entonces el muchacho se fue, llamado Arturo, con la promesa de volver.
Su vuelta
El día en el que Arturo volvió ,el rey lo vio y lo encerró en las mazmorras, poco después, la princesa abatida porque su amado podía morir, encontró en una habitación, el diario de su padre.
Pensó que no debía de leerlo, pero algo en su interior la impulso a abrirlo, lo hizo y una de las paginas, escrita cuando ella tenia tan solo un año de edad, leyó lo siguiente: “Ya he matado al rey y a la reina, de la princesa Zaira me he apiadado, gracias a mis once hombres, he conseguido ocupar el trono. Ahora creerá que yo soy su padre, espero que la princesa no se entere nunca del maleficio de su talismán.”
Zaira confusa, llamó al rey y a sus once hombres y los reunió en el patio donde solía estar, llorando le pregunto al rey si aquello era verdad, el rey convencido de que con sus once hombres al lado Zaira no podría ni siquiera tocarlo, le dijo que era verdad.
En ese mismo instante, Zaira recordó que su madre había echado un maleficio al talismán; El día que Zaira supiera la verdad, al rey y a sus once hombres les pasaría algo terrible. En ese momento, el amuleto se activo, Zaira, sentía la rabia de un león y eso dio lugar a que el talismán convirtiera al rey y a sus once hombres en leones de piedra.
Desde entonces, a ese patio se le llama el “Patio de los Leones” . u fuente tiene doce leones alrededor, que son el rey y sus once hombres, que al ser convertidos en leones de piedra llevan ahí desde entonces. Así la princesa pudo rescatar a Arturo y vivir felizmente con él.