Perdóname
Perdóname
El fin de semana había pasado volando, ya era domingo por la noche y en la tele estaban los típicos anuncios de Navidad. Me parecía mentira estar ya de vacaciones, después un par de semanas intensas y cargadas de exámenes por fin iba a descansar de mis alumnos. Perdóname
Pensaba en lo tranquila que iba a pasar la tarde del lunes y de repente, a través del espejo del pasillo, veo otra sombra pasar. -¡Vaya dominguito que llevo! Si que esta hoy activa la casa.- Pero algo me llamo la atención, esa sombra no era como las otras, no podía relacionarla con ninguna. Era diferente, más alta y delgada. Me levante de la mesa y cogí el servilletero y la panera, me dirigí al pasillo.
Una silueta
Cuando levanto la mirada veo al fondo la silueta de una mujer, esa era la sombra que segundos antes ví pasar por el espejo. Estaba de pie justo delante de mi, levanto la cabeza y me miró fijamente, en ese momento se me heló la sangre. ¿Quién era ella? ¿Por qué esta hay? y, ¿por qué me miraba de esa manera?
Detrás de mi sonaba en la televisión un villancico y por un momento pensé que me iba a desmayar al ver aquella mujer frente de mi. Su mirada era de tristeza, dolor, sufrimiento. Llevaba un camisón parecido al de los hospitales, su tez era muy pálida, sus manos y piernas eran huesudas, es como si solo fuera huesos y piel. Su pelo caía a ambos lados de su cara y se veía muy estropeado, por algunas zonas parecía tener como pequeñas calvícies y sus pies estaban descalzos.
Reacción
Yo no conseguía reaccionar, no podía apartar la mirada de ella. De repente veo como sus labios se mueven, como si me estuviera diciendo algo, pero qué. Sin más, se gira, mira hacia el suelo y entra en la última habitación. Yo corrí hacia la cocina y solté rápidamente lo que llevaba en las manos. Sin bacilar me dirigí hacía esa habitación. Justo me quedé en el umbral de la puerta para contemplarla, estaba allí de pie con la cabeza bajada, estábamos más cerca la una de la otra.
Era extremadamente delgada, me miró con lágrimas en los ojos y desapareció. Me quedé helada, no sabía que hacer, estaba temblando. Me senté en el sofá y lo primero que me vino a la mente fue la cara de una tía, que estaba enferma pero no quería pensar, ni imaginarme que pudiera ser ella el espíritu que acababa de ver.
Pasé casi toda la noche sin dormir, me despertaron de madrugada unos cohetes que estaban lanzando, sabrá Dios quien, celebrando las fiestas y todavía faltan varios días para Navidad, seguí dándole vueltas a lo que ocurrió la noche anterior. Durante los días siguientes estuve viéndola en la habitación. Su mirada seguía siendo la misma, llena de tristeza. Una mañana sonó mi móvil y me dió un vuelco el corazón cuando vi el nombre reflejado de la persona que me estaba llamando.
Conteste disimulando el nerviosismo que tenía. Era un familiar que me llamaba para felicitarme las fiestas y de paso me comunicó la muerte de mi tía, había fallecido aquel domingo que tuve esa visión. Todo empezó a tener sentido.
Perdóname
Ese mismo día me decidí a entrar a la habitación y con la grabadora del móvil lance preguntas al aire, una de ellas fue si era mi tía y obtuve respuesta, SI. Le pedí que me dijera lo que quería de mi a través de un sueño para que pudiera descansar de una vez.
Poco antes de la víspera de Reyes tuve un sueño del cual me desperté sobresaltada, lo único que conseguí recordar de él fue una voz que me decía “perdóname” , ¿eso es lo que quiso decirme aquella noche? ¿eso es lo que quería mi tía? ¿mi perdón?.
Tenía mi perdón
Sin pensarlo me levante y baje las escaleras, fuí directamente a la habitación, me encerré en ella; le pregunté que si quería que la perdonara por los errores cometidos en el pasado, le dije que mi perdón lo tenía que no importaba lo ocurrido pero que se tenía que perdonar asi misma si quería descansar en paz.
Recuerdo que tuve una pequeña conversación con ella y que de algún modo estaba hay conmigo escuchándome porque desde aquella madrugada no la he vuelto a ver, aunque si he podido sentirla a mi alrededor.
La Navidad es la típica fiesta para reencontrarse con la familia, olvidar rencillas del pasado y perdonar. A mi me tocó hacer todo esto pero de una forma muy especial. Hasta en el más allá necesitan paz en unas fechas tan señaladas como estas. Puedo decir que, de alguna manera, aquellas navidades fueron diferentes.