Leyendas del pico sacro
Leyendas del pico sacro
Localización: A Granxa, Boqueixón, 15881
Situación y descripción:
A tan solo 12 km de Santiago, en el municipio de Boqueixón, dominando el Valle del Ulla y con una altura de 530 metros, desde la cual, en días claros, se puede observar una panorámica increíble de los alrededores de Compostela, está el legendario Pico Sacro.
Primer punto desde el cual los Peregrinos que eligen la Vía de la Plata, pueden divisar Compostela y las Torres de la Catedral.
El Pico Sacro es fuente de innumerables leyendas y cuentos populares. Este monte es venerado por los habitantes de la comarca antes y después del cristianismo, y juega un papel fundamental en el mito del traslado del cuerpo del Apóstol Santiago. Tiene una peculiar morfología a base de rocas de cuarzo cristalizado y una altura de 533 metros sobre el nivel del mar.
Tumba del apóstol
Según la leyenda de la Reina Lupa recogida en el Códice Calixtino, que narra la llegada del cuerpo del Apóstol Santiago a Galicia, se cataloga al Pico Sacro como la primera tumba del Apóstol.
Desde la Vía de la Plata, el Pico Sacro marca la última etapa del Camino de Santiago y es el primer lugar desde donde se divisan las ansiadas torres de la catedral compostelana. Además de esta importantísima leyenda hay otras muchas que nacieron directamente de las gentes que habitan en el entorno y que tienen como protagonistas a personajes de la mitología tradicional gallega, como son los mouros y las serpientes que habitan en las misteriosas cuevas que hay cerca de la cumbre del Pico.sacro
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Leyendas sobre el apóstol
Basicamente hacen referencia al Apóstol Santiago, Reina Lupa, Códice Calixtino, Mouros y gigantes.
“Flotando sobre el rizo de las aguas, una extraña nave se acercaba al arenal poco a poco, suavemente; no era como las que acostumbraban a surcar las aguas de Galicia, sino más bien del tipo de aquellas otras en que Jesucristo había navegado con sus discípulos. No llevaba remeros ni marinero al timón, pues la barca navegaba sin guía; sin embargo, cuatro hombres envueltos en blancos lienzos rodeaban un cuerpo sin vida, al parecer.” (Carré Alvarellos, L., Las leyendas tradicionales gallegas, 1977)
Esta embarcación llegaba, tras un largo viaje, a las tierras de la romanizada Iria Flavia. El cuerpo transportado era el de un hombre que, en vida, había predicado por el occidente del Imperio la palabra de su maestro. Efectivamente, Santiago.
El Pedrón
Al arribar, sus discípulos, depositaron el cuerpo en una roca que se automoldeó en sarcófago pétreo: el Pedrón. Unos se dirigieron al castillo de la reina Lupa, que estaba próximo, a pedirle un lugar donde sepultar a Santiago; otros se quedaron custodiando el cuerpo. La reina, desestimando la petición, decidió ceder el asunto a su hermano, el rey-sacerdote Regulus que vivía cerca del templo de Ara Solis (Fisterra), en Duio, localidad desaparecida en la actualidad. Pero las palabras de una reina no tienen por qué ser fiables, pues Regulus no era el hombre más afable con el que se podían topar y a la mínima de cambio encerró en una cárcel a los hombres. Esa misma noche, como por arte de magia, un ángel se apareció en la prisión y liberó a los discípulos.
A la captura
Esta fuga provocó la ira del rey, que mandó a unos soldados en su captura. En el momento de cruzar un puente sobre el río Tambre, este se derrumbó, y los soldados cayeron con él. Una versión de la leyenda dice que el rey Regulus acompañaba a los soldados y tuvo el mismo destino que aquellos…
En vista de lo sucedido, y de que no encontrarían sepultura para su maestro, los discípulos de Santiago volvieron junto a la reina Loba, nuevamente en busca de ayuda. Esta, manteniéndose fiel a su línea, los envió al Monte Ilicino o monte de las encinas, el actual Pico Sacro. Allí encontrarían unos bueyes que podrían utilizar para transportar el cuerpo del Apóstol. Al llegar allí un fiero dragón apareció ante sus ojos con intenciones asesinas.
Enfrentamiento con el dragón
Pero los discípulos, con gran valor y sin dar un paso atrás, hicieron la señal de la cruz, y al momento el dragón reventó por la barriga. Continuaron un poco más y se encontraron con los animales que Lupa había pronosticado, pero en lugar de ser mansos bueyes eran toros bravos. Procediendo de la misma manera que con el dragón, los toros se volvieron mansos y se acercaron a los hombres para ser uncidos dócilmente. Entonces regresaron a Iria Flavia a buscar el cuerpo.
Procediendo de la misma manera que con el dragón, los toros se volvieron mansos y se acercaron a los hombres para ser uncidos dócilmente.
La Reina se convierte al Cristianismo
Sepulcro jacobeo
En cualquiera de los casos, el lugar elegido para situar el sepulcro jacobeo, en las inmediaciones de una encrucijada de caminos, quedó cubierto durante siglos por la maleza del bosque Libredón.
Lauda del obispo Teodomiro
Este silencio quedó roto en el siglo IX, después que el monje eremita Paio y el obispo Teodomiro descubren la preciada tumba, como se dice en la Lauda del obispo Teodomiro:
Las cuevas
Leyendas de mouros
Historias de mouros
1999: 171-172). A los Mouros galaicos se les reconoce, desde dentro y desde fuera de Galicia, una arraigada personalidad y cierta relevancia cultural. En palabras de un etnógrafo español de la primera mitad del siglo XX:
“Todo el mundo cree que Galicia está habitada por los gallegos. Y hasta cierto punto acierta, siempre que no figure que son los gallegos solos los que allí habitan. Los gallegos saben muy bien que además de ellos habitan en su tierra los moros.
Poblaciones superpuestas
En realidad, en Galicia hay dos poblaciones superpuestas: una a flor de tierra, que son los gallegos, y otra en el subsuelo, que son los moros. Estos no viven en realidad como nosotros, sino que están encantados; es decir, en estado especial, cuya noción hemos perdido los hombres
Leyendas de gigantes o monstruos
Manuel Vidal Rodríguez en su libro sobre la tumba del Apóstol recoge este caso diciendo: “Hay quienes creen que en esta misma caverna, después de atravesar varios corredores, hay una sala maravillosa, cuya entrada defiende un monstruo con figura humana, el cual tiene un hacha levantada para descargar sobreel que ose acercarse; y en cuyo centro existe una fuente con caños de oro que manan incesantemente agua de azogue, y que esta sala da acceso a otra que es un verdadero panteón, pues está rodeada de sarcófagos.” (VIDAL,M. 1924: 42)
Gigantes de Hierro
Una variante de la misma leyenda popular es la siguiente versión en donde la criatura horrible o monstruo antropomorfo es substituido por dos gigantes de hierro: “Las cuevas del Pico Sagro tienen sus leyendas: (…) dos gigantes de hierro que, movidos por un resorte oculto de la puerta, dejan caer sus martillos de acero sobre el osado que intenta penetrar en aquellos misteriosos lugares y su esqueleto va a juntarse en la boca del pozo con los que le precedieron.”(CARRÉ, E. 1936: I, 263)