Cova do Rei Cintolo de Mondoñedo

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Cova do Rei Cintolo de Mondoñedo

La Cova do Rei Cintolo es la más grande de Galicia, con sus más de 7500 metros de longitud. Está situada en Supena (Argomoso, muy cerca de Mondoñedo). En el interior nos encontramos con un fantástico paisaje de salas y galerías, e incluso, un pequeño lago y ríos subterráneos. La cueva está distribuida en tres galerías que muestran interesantes formaciones geológicas creadas por el agua en un enorme macizo de roca caliza.

Entrada

Nada mas entrar podemos apreciar que es una cavidad natural singular, de estructura laberíntica y, por lo tanto, plural de posibilidades. Siete kilómetros y medio de longitud explorada repartidos por tres galerías principales de origen cárstica en un terreno con presencia de pizarra lo que le confiere personalidad geológica además de las características formaciones como columnas de estalactitas e estalagmitas, coladas y banderas. El desnivel máximo ronda los 75 metros, con aguas interiores que alimentan varios lagos y una corriente subterránea o río Celtas en la cota inferior.

Este es el santuario entre la ciencia y la leyenda de la espeleología gallega. La fuerza mítica de su nombre se ha convertido por último en demanda turística. Está prevista la construcción de un centro de interpretación de la cueva próximo a la única entrada de la gruta y la apertura al público del trecho central con buenas condiciones horizontales para la visita de unos 300 metros, ida y vuelta. Con todo, a la luz del sol, el paisaje exterior tampoco defrauda. La ruta de senderismo del agua enlaza el original barrio mindoniense de Os Muíños con la Cova do Rei Cintolo pasando por el molino de Lavapés y el Salto do Coro en el río Valiñadares.

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Esta cueva además es un refugio de murciélagos pertenecientes a varios géneros ( Rhynolophus, Myotis…) e interesantes colonias de invertebrados, incluso se descubrió en el interior algún crustáceo único en el noroeste peninsular. A principios de 2006, el Concello de Mondoñedo puso en marcha un programa de visitas guiadas, poniendo fin a una situación de cierre que ya parecía definitiva.

Leyenda

Cuenta la leyenda que mucho tiempo antes de que se fundara la actual villa de Mondoñedo había en una zona conocida como Bría, y próxima a donde actualmente se sitúa este pueblo, un castillo de enorme grandeza en el cuál habitaba uno de los reyes con mayores posesiones de toda la comarca. Este castillo era la morada del Rey Cintolo. El monarca contaba con una única descendiente, muy hermosa ella y querida por todos los súbditos de su padre no sólo por su belleza sino también por su bondad. Su nombre era Manfada.

Hollvrudet

Además de estas dos virtudes de la joven había un factor determinante también para los hombres que la pretendían, la riqueza de su padre. Debido a esto no eran pocos aquellos caballeros que soñaban con optar a un emparejamiento con la princesa. Sin embargo el defecto que tanto el Rey cómo la princesa le encontraban a estos era precisamente ese, su condición de caballeros.
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Eran hombres que habían ascendido en su clase social debido a diversas traiciones, asesinatos y crueles enfrentamientos en múltiples batallas. Por
 eso el Rey no tenía demasiada prisa en que la princesa se uniese en matrimonio.
Un día llego a Bría un joven conde llamado Hollvrudet, este no traía mucho séquito, como acostumbraban hacer otros pretendientes de la princesa, pero rápidamente se hizo querer por su simpatía y cordialidad. La joven princesa sintió una gran atracción hacia él, era un joven apuesto y por primera vez no estaba caracterizado por su rudeza y sus sangrientos asesinatos.

Posible boda

El Rey también veía con buenos ojos la relación y hasta consideraba como posible la idea de una boda entre el joven y su hija. Era la primera ocasión en la que nadie del lugar se mostraba titubeante ante una posible boda. Pero estos no eran los comienzos de un cuento de hadas. A los pocos días llego a Bría un numeroso séquito de hombres a caballo con gran número de armas entre sus posesiones y diversas trompetas para anunciar su llegada. Se trataba del Rey Tuba de Oretón, este y sus caballeros acamparon en el lugar como si se tratara de la ocupación de una plaza por un ejercito de guerreros.

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Desde los exteriores del castillo envió diversas cartas al Rey comunicándole los motivos de su visita. Éste quería dialogar con el Rey acerca de su boda con la princesa y le comunicaba a su vez que de no ser recibido de forma inmediata tomaría por la fuerza el castillo y se llevaría a la princesa. Ante la amenaza todas las gentes del castillo, incluido el Rey, se mostraron atemorizados.
Ninguno sabía bien que hacer y fue la iniciativa del conde la que les dió una solución. Este se ofrecía a combatir con el Rey de Oretón. Su amor por la princesa Mafada era cada vez más grande y debido a su destreza en el manejo de las armas supo que sus capacidades ante el enemigo le harían vencer. De este modo envió al Rey Tuba de Oretón una carta en la que le retaba a un combate cuerpo a cuerpo entre ambos.

La batalla

Tuba, Rey de Oretón, no era precisamente un joven apuesto, era más bien gordo y con poca habilidad en el manejo de las armas, lo cuál lo situaba en inferioridad de condiciones ante la batalla, pero poseía un don. Era lo que en Galicia se conoce como “vedoeiro” o brujo, por lo que sus armas de guerra en este combate con el conde no serían una espada, o un garrote, sería un conjuro. Así, se reunió con otros brujos que le acompañaban y juntos tramaron un encanto con el que poder vencer a la fuerza física del conde. A los pocos segundos de que comenzara el ritual un gran estruendo, causado por un enorme trueno, hizo temblar toda la tierra de Bría.

El conde Hollvrudet

El castillo se vino abajo y las gentes salieron despavoridas de él, quedando muchos de sus ocupantes sepultados entre los restos. El conde Hollvrudet salió ileso y consiguió llegar hasta el Rey Tuba al que atraviesa con una espada. De regreso al castillo observa con terror que este había sido tragado por un enorme agujero que se habría bajo él. Se introdujo en él pero sólo vio algunas extrañas columnas, corrientes de agua, serpientes, lechuzas… pero de las gentes del castillo no había ni rastro.
El castillo, con su amada dentro de él, había desaparecido dentro de esa enorme cueva y desde entonces nada se supo de su paradero.Cuentan las gentes del lugar que dentro de la cueva está la princesa, pero esta no puede escapar porque uno de esos brujos que acompañaban al Rey Tuba la tiene prisionera y la deja salir todas las noches a las doce, pero sólo durante unos minutos, momento que ella aprovecha para buscar a su amado por los alrededores. Por lo que se dice que si uno pasa en la medianoche por el lugar podrá verla, pero a la entrada de la cueva está el brujo vigilándola y si ve a otra persona la captura y la hace prisionera dentro de la cueva.

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