El agente naranja. La otra guerra de Vietnam
El agente naranja. La otra guerra de Vietnam
“Las guerras terminan, pero sus consecuencias perduran”, aseguraba el guía del museo de la barbarie bélica a un grupo de turistas que contemplaban las pruebas de las atrocidades cometidas por los militares norteamericanos en Vietnam. El agente naranja. La otra guerra de Vietnam
Siguen los efectos de la guerra
Si hay alguien que piensa que en realidad la guerra de Vietnam acabó hace cuarenta años, y que fue la victoria de David contra Goliat, les puedo asegurar que nada más lejos de la realidad.
El Agente Naranja es el nombre en código para un herbicida desarrollado para uso militar, principalmente en zonas de densa vegetación y selváticas. Aunque su creación fue a mediados de los años 40, su uso militar no comenzó hasta los años 60, fue durante esa década, especialmente en los años 1967 y 1968, la época más cruenta de la guerra, cuando el Ejército norteamericano comenzó a rociar los frondosos valles y las planicies del centro y el sur de Vietnam con 75 millones de litros de un herbicida poco conocido hasta entonces, con la intención de arrasar los campos que podían ofrecer refugio al Vietcong.
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Monsanto
El Agente Naranja, fabricado por químicas como Monsanto y Dow Chemical, resultó contener una dioxina extremadamente dañina. El nombre de Agente Naranja se le dio por la banda anaranjada que se le pintó
Según dijo en una investigación judicial de 1983 Henry Kissinger, asesor de seguridad nacional de Richard Nixon, fue este presidente quien dio la orden final de dejar de emplear el herbicida en 1971, desautorizando a la cúpula militar del país, que quería seguir con su uso. El general William Westmoreland, comandante de las tropas de EE UU en Vietnam hasta 1968 dijo también en esa investigación que el Agente Naranja se empleó con profusión “porque el enemigo creía el mito de que podía ser nocivo para su salud, y se mantenía alejado de él”. Aquella fue postura oficial de los oficiales del Gobierno norteamericano durante muchos años: el Agente Naranja era para ellos un herbicida, inocuo hasta que se demostrara lo contrario.
Un millón con secuelas
Cruz Roja estima que hay un millón de vietnamitas que viven con las secuelas de esa dioxina, y que 100.000 de ellos son niños con malformaciones. En la pasada década, esa organización de ayuda ha tratado a más de 660.000 personas con secuelas causadas por el Agente Naranja. Muchas zonas han sido limpiadas, progresivamente, por Hanoi, pero aun queda una veintena de bases y puestos norteamericanos, hoy abandonados, que siguen altamente contaminados. Entre ellos, parte del aeropuerto de Danang.
Efectos médicos
Las fuerzas estadounidenses rociaron el Agente Naranja en grandes zonas de la selva vietnamita entre 1960 y 1971, durante el conflicto armado. Un millón de personas, entre ellos 150 mil niños, resultaron afectadas por este químico. Los pequeños sufren una gama de deformidades físicas y trastornos mentales. Incluso, a algunos les faltan extremidades o presentan deformaciones, mientras que otros tienen daños permanentes en la columna vertebral. Muchos son sordos, ciegos y mudos, y estarán postrados en cama durante la mayor parte de sus vidas. “Los niños están viviendo en condiciones terribles y sufren afecciones causadas por los productos químicos que mi país usó contra ellos”, dijo Matt Lief Anderson
Durante los años que fue utilizado el Agente Naranja, se calcula que se vertieron aproximadamente unos 12.0000.000 de galones sobre Vietnam. Como consecuencia de ello si las causas perjudiciales de su uso en un principio solo eran de carácter ecológico, ya que las zonas devastadas jamás podrían repoblarse y sufrirían una contaminación casi perpetua. Las consecuencias mas alarmantes surgieron en los años posteriores al conflicto, estas se pueden definir en un incremento de canceres entre los veteranos de la guerra, tanto en un bando como en el otro y en las malformaciones de fetos de las siguientes generaciones de la población sobre todo la de Vietnam.
Protestas
A las protestas de las diferentes asociaciones de veteranos a sus respectivos gobiernos, estos intentaron negar cualquier conexión con el vertido del Agente Naranja en la guerra.
En 2004, un grupo de ciudadanos vietnamitas presentó una demanda civil en los juzgados de Nueva York contra químicas como Dow, Monsanto o Hercules. Son las multinacionales que le vendieron el Agente Naranja al Pentágono. Se las considera cómplices en crímenes de guerra. El juez, Jack Weinstein, la desestimó al año siguiente, al considerar que vender químicos no suponía un crimen de guerra, y que además el herbicida se había diseñado específicamente para defoliar, no para afectar a la población. En aquel caso, los efectos colaterales, aun en su gravedad, no se consideraron suficientes para encontrar culpables del agente naranja de Vietnam.
Fran González