Leyenda: la niña de los ojos azules

Cuenta la leyenda que existía una vez una niña muy hermosa con los ojos del color del cielo. Era hija de unos campesinos muy pobres pero eran tan felices y le daban tanto amor que la niña de ojos azules no hechaba en falta nada de lo que necesitaba.

Un día a su padre le ofrecieron labrar uñas tierras de un pueblo cercano y viendo la alegría que éste hecho provoco en su padre la niña se ofreció a acompañarle con la condición de que se portaría bien.

Comienza la leyenda

Cogió su muñeca y le puso la mejor ropa que tenía,  ya que está les acompañaría en el viaje y quería que se viera bien bonita.  El primer día,  su padre se puso a labrar la tierra y le índico a la niña que no se alejara mucho porque podía acecharle cualquier peligro.

La niña busco la sombra de un árbol porque las altas temperaturas se le hacían insoportables y estuvo jugando con su muñeca.  En un momento dado,  perdió la vista en el horizonte y se percato de que no muy lejos de donde se encontraba había un viejo molino con un pequeño riachuelo y un camino que dirigía al pueblo.

Entusiasmada por su descubrimiento,  se acerco a su padre para pedirle permiso pero este le contesto con una negativa objetando que en ese lugar podía pasarle cualquier cosa.

Se fueron a cenar a la choza que le habían prestado,  comieron hasta hartarse y una vez hubieron terminado,  el padre y la niña acudieron a sus respectivos cuartos a descansar.  Una vez que el padre estuvo dormido la niña se levanto y se dispuso a salir a ver que había en el molino.

De camino al molino.

Cuando puso el primer pie fuera de la casa todo su cuerpo tembló,  pues era la primera vez que desobedecía a su padre. Atravesó campo a través hasta llegar al molino y estando alli solo vio suciedad a su alrededor y muchas telarañas.  En el instante que se disponía a irse vislumbro una pequeña puerta y eso le llamo la atención.

Cuando entro no creía lo que estaba viendo,  había una gran cadena que unía trozos de cuerpos mutilados de distintas personas y en la habitación había restos de cuerpos desperdigados por el suelo.

Asustada, tropezó con la cadena y toda aquella maraña de miembros cayo al suelo.  Ante el miedo y el nerviosismo que esto le produjo,  salio corriendo campo a través sin echar la vista a atrás.

Llegada a Casa

Llego a su casa,  se metió en la cama y tapo su cabeza con sus sábanas.  Pero el miedo no se le pasaba y de pronto escucho como un susurro en su oído y la habitación se ilumino de tal manera que parecía que un rayo había caído en la habitación.

Cuando a la mañana siguiente su padre fue a despertarla para que desayunaran antes de ir a labrar el campo,  se encontró con que el cuerpo de la niña estaba descuartizado y encima de la mesilla se encontraban sus ojos azules, esos que tanto la caracterizaban.

Dicen que desde ese día en esa vieja choza se oye por la noche como arrastran cadenas.  Lo que nadie sabe si es el espíritu de la niña o del causante de tal atrozidad

RedaccionNdM

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