Moiras, hilando el Destino
Moiras, hilando el Destino
Las Moiras en la mitología griega, eran tres diosas que se encargaban de hilary controlar el destino de los mortales e inmortales, desde su nacimiento hasta su muerte. En Roma se llamaban Parcas y presidían el nacimiento, el matrimonio y la muerte y en la cultura nórdica se hacían llamar Nornas.
¿Quiénes eran?
Eran hijas de Zeus y Temis, diosa de la ley. De aspecto desagradable, vestían con túnicas blancas, y llevaban en sus manos un huso, una vara de medir y unas tijeras o una balanza. Aunque después sus representaciones han sido muy diferentes, y aunque en un principio eran concebidas como divinidades abstractas, después fueron dos y finalmente su número se fijó en tres.
Las Moiras tenían el don de saberlo todo, el presente, el pasado y el futuro. Sólo obedecían a Zeus, auque él también las temía, porque ignoraba hasta que punto podían dirigir la vida de los inmortales. Podían intervenir en la guerra entre Dioses y mortales.
Se dice que podían dar vida a quienes la adoraban y que tuvieran un final feliz y en cambio arrebatarle la vida a aquellos que lo merecían. Cada mortal tenía su destino escrito y ellas se encargaban de que se cumpliese. Cuando algo o alguien se interponía en ese destino, ellas podían hacer y deshacer a su antojo, podían dar y devolver la vida e incluso cuando alguien moría asesinado y el asesino salía impune.
Podían mandar a las Erinias o furias, que eran deidades vengadoras, para que persiguieran y castigaran al autor del asesinato. Eso sí, algunas veces, aunque las menos, los mortales o inmortales podían desafiar o burlar sus designios, ya que ellas sólo podían intervenir de forma indirecta.
Las diosas
En Definitiva eran las diosas del Destino. Sus nombres eran Cloto, Láquesis y Átropos
- Cloto (Κλωθώ, ‘hilandera’), que era la más joven, estaba en el momento del nacimiento y tenía el hilo del destino, el cual hilaba con un huso y una rueca. Se invocaba en el noveno mes de gestación. Se representaba vestida con ropas talares y con una corona de siete estrellas y una rueca en la mano.
- Láquesis, era la mediana (Λάχεσις, ‘la que echa a suertes’), hilaba el estambre de la vida, medía con su vara la longitud del hilo de la vida. Vestía una túnica rosa sembrada de estrellas.
- Átropos (Ἄτροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’, literalmente ‘que no gira’,7 a veces llamada Aisa) era la que se encargaba de cortar el hilo de la vida, sin respetar a nadie, en cuanto recibía la orden del Destino. Elegía la forma en que moría cada hombre, seccionando la hebra con sus tijeras. Se la representaba con unas tijeras o balanza.
Las tres vivían en unas cuevas apartadas del mundo, en ellas pasaban el día hilando, si hilaban lana blanca, la vida del hombre sería feliz, y si hilaban lana negra, su vida sería corta y desgraciada. Si mezclaban los hilos de las dos, la persona tendría una mezcla en su vida de felicidad y desgracias y una vez se aproximaba el final de una vida, siempre hilaban con lana negra.
De estas historias, viene la expresión “ pender de un hilo ” que se utiliza para intentar mostrar el gran riesgo de que se algo salga mal. También oimos”cortar el hilo de la vida” que significa quitar la vida a alguien y “pender la vida de un hilo” que aplicamos al moribundo en peligro de muerte.
En la Biblioteca Nacional y en la Hemeroteca Nacional encontramos material aludiendo a las Moiras o Parcas.