Técnicas de relajación: la respiración
Técnicas de relajación: la respiración
Todos sabemos la importancia de la respiración para conseguir una buena relajación. A continuación os dejo un par de ejercicios sencillos que espero os ayuden en vuestro día a día.
Para empezar debemos sentarnos bien en el suelo, bien en una silla, cuidando que la columna vertebral quede totalmente recta, los hombros bajos y ligeramente caídos hacia atrás. Esto hará que el pecho se ensanche, y por lo tanto, que haya más espacio para los pulmones.
Inspiración profunda, espiración normal.
A continuación cerramos los ojos, bajamos la barbilla, apoyamos la lengua en el paladar y dejamos suelta la mandíbula. Los siguientes dos, tres minutos los utilizaremos para relajar el cuerpo, empezando por la cabeza y acabando por los pies. Respiramos y espiramos profundamente para limpiar de aire viciado los pulmones.
Inspiramos lenta y profundamente por la nariz, observando como con cada inspiración se hinchan los pulmones, se ensancha la caja torácica y las costillas delanteras. Cuando notemos que los pulmones están llenos, soltamos el aire con normalidad, sin forzar.
Esta técnica la repetimos unas siete veces, y está indicada para elevar la energía y subir la tensión.
Inspiración normal, espiración profunda.
Relajamos cómo hemos indicado y espiramos profundamente para limpiar los pulmones.
Inspiramos normalmente y, a continuación empezamos a soltar el aire muy lentamente. Sentimos como vamos expulsando el aire muy despacio, sin interrupciones o sacudidas. Centramos toda nuestra atención en como vamos soltando el aire.
Este ejercicio lo repetimos unas siete veces, y está indicada para bajar la tensión, así como para aportar paz y serenidad en todo el cuerpo.
Estas técnicas de respiración nos ayudarán según lo que necesitemos en cada momento y se irán aumentando las frecuencias a medida que vayamos teniendo practica. Por supuesto si al comenzar las prácticas notamos que nos falta el aire o nos agobiamos, reduciremos el ejercicio a tres o cuatro veces, hasta que estemos preparados a ir aumentando paulatinamente.