Mis queridos Monstruos
Mis queridos Monstruos
Tal como decían Freud, Jung y todos sus discípulos, la mayoría de traumas vienen de la infancia. Mi interés por los monstruos venia de mi abuelo, que en su lecho de dolor y aquejado de Alzheimer y demencia senil, me decía: Mira en el armario, está lleno de monstruos. A mi tierna edad, yo abría la puerta del armario y no veía nada, pero si me lo decía mi abuelo a los noventa años, algo de razón tendría. Ya en mi adolescencia y gracias a la lectura y el cine, me interese por el mundo de los monstruos.
En mi segunda adolescencia, hace poco ,quise profundizar en su historia. Afortunadamente, todos estaban en Facebook. Probé con Frankenstein y no hubo ningún resultado en la búsqueda, al probar con Frankenstein García, me apareció. Le pedí amistad y me la concedió. Revisé su perfil y poca cosa, monstruo, interesado en mujeres y en su muro, cuatro coñas de humor en Facebook y poca cosa mas. Me comunique con el por el Messenger.
- ¡¿ Passa Franky?!
- Bah, poca cosa jodido.
- ¿ Una estrella como tu?
- Intenta vivir hecho de remiendos, cada dos por tres se me cae la pilila y me la tengo que coser.
- Bueno chico, pues estamos en contacto.
- Pues vale.
No lo vi muy animado y seguí con mi lista. Probé con Godzilla. El tipo respondió rápido y quedamos en un recóndito lugar del Caribe. Con su tamaño no íbamos a quedar en el Starbucks de la esquina. El terrible monstruo vivía bastante bien con sus derechos cinematográficos y la ultima reposición le había ido de maravilla, pero según me dijo, necesitaba otra prueba atómica para aumentar su tamaño y sus poderes o su carrera se iba a pique.
No me dejó muy buen cuerpo. En la momia punto com, encontré a mi tercer ídolo. Su blog era de los mas antiguos y tenia bastantes visitas. Pero su actual residencia que era el museo egipcio del Cairo, que yo había visitado recientemente, estaba bastante mal conservado. Sus remakes habían funcionado bastante bien, pero desde la ultima película con una momia china, su popularidad había caído en picado. Nosferatu el primer y gran vampiro del expresionismo alemán había perdido sus colmillos y su seguro medico, con los recortes, no le cubrían los implantes.
El jorobado de Notre Dame se ganaba la vida haciéndose fotos con los turistas a la puerta de la catedral. Su ultima producción de dibujos con Disney le había hundido la carrera y el doblaje en español con la voz de Carlos Latre había acabado de arruinarla. Ni los turistas latinos se asustaban con el. Freddy Krueger el protagonista absoluto de “Pesadilla en Elm Street”, vivía en una residencia benéfica en Elstroom, Nebraska, en una silla de ruedas.
Me confesó que las nuevas generaciones ni pestañeaban con sus apariciones, el terror estaba de baja. La niña del “Exorcista“ había probado fortuna con el porno, pero actualmente el porno tenia mucho mucho dialogo y a su edad no memorizaba muy bien los diálogos. Decepcionado, cese la búsqueda de mis ídolos del terror. Los mantuve agregados en Facebook, pero me temo que la relación ya no es la misma que al principio de mi búsqueda. Alíen, Jekyll, míster Hide y la bruja de Blair, ni respondieron a mis mensajes.
Actualmente, el terror estaba en los telediarios y no en la ficción.