La leyenda del Bloody Mary

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La leyenda del Bloody Mary ¿Te atreves a pronunciar tres veces su nombre?

Aunque sonreía para no demostrar a sus amigas el miedo que recorría su cuerpo, inició lentamente el ritual, encendió las dos velas, una a cada lado, apagó las luces y miró fijamente el espejo que tenía ante sí, ya solo quedaba pronunciar su nombre tres veces y en voz alta “Blody Mary…” “Blody Mary…” “Blodi Mary…”

En la historia

De esta manera podría comenzar la puesta en práctica del legado de esta leyenda que con algunas variantes es conocida a lo largo y ancho de este mundo, y aunque no lo creáis, existen documentos policiales que acreditan que algunos adolescentes, con nombres y apellidos, han acabado completamente locos, o peor aún, muertos, a causa de Blody Mary, María Sangrienta,  Verónica, Carolina o Micaela, nombres con los que también se la conoce.

Algunos dicen que el nombre de María Sangrienta se remonta al siglo XVI, y que este es el mote, con el que tras su muerte, se conoció a María Tudor, reina de Inglaterra y esposa de Felipe II, por su cruel persecución de protestantes, a los que capturaba, torturaba condenaba a la hoguera, otros sostienen que Verónica era una adolescente a la que Satanás mató con unas tijeras durante una sesión de ouija.

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Origen de la leyenda

Algunos argumentan que lo que viene a continuación es la verdadera historia del origen de la leyenda:

Cuenta la leyenda que todo empezó, hace muchos años, en un pueblecito de la campiña inglesa, Tetbury, lugar donde residía Mary Ann Sawford, tan bella como arrogante. Como por desgracia suele suceder tan a menudo con aquellos que se creen superiores, a Mary Ann le gustaba humillar a los débiles, y al parecer entre sus aficiones favoritas estaba la de insultar a una joven jorobada llamada Elizabeth, quien harta de sus burlas, un día decidió poner fin a tanta humillación arrojando aceite hirviendo como señal de venganza a la cara de Mary Ann.

Dicen que la primera vez que Mary Ann vio su otrora hermosa cara desfigurada en un espejo, sus alaridos desgarradores resonaron por toda la comarca, tras esto, la joven, nunca más volvió a ser la misma. No salía de su casa, ni permitía que nadie la fuera a visitar, tapó con sabanas todos los espejos y ventanas para evitar verse reflejada en ellos, en su locura lo único que hacía era pasar largas horas peinándose  el poco pelo que le quedaba tras el incidente, y repetirse una y otra vez que era la chica más hermosa de Tetbury.

Hasta que un día, ya completamente enloquecida, incapaz de no poder ver una vez más su propia belleza , destapó uno de sus espejos, al ver su imagen reflejada, lo rompió en pedazos y con uno de los trozos se cortó las venas. Cuentan que nadie acudio a su funeral.

Con el paso de los años

Empezaron a correr extraños rumores por Tetbury, la gente comenzó a decir que el espíritu de Mary Ann continuaba ligado a este mundo, y que si se la invocaba se podía contactar con ella. Para hacerlo debes esperar a que sea de noche, estar solo y encender velas delante de un espejo, y tras pronunciar su nombre en voz alta tres veces, tu reflejo habrá desaparecido para siempre, en su lugar aparecerá el rostro desfigurado de Mary Ann, que  te observará,  mientras peina su melena con delicadeza.

Pero eso solo es el principio, con  el paso de los días empezaras a verla por todas partes, en las ventanas, en ls pantallas del televisor o del ordenador, en todo lo que refleje, y posteriormente hasta en tus sueños. Nadie podrá ayudarte, poco a poco iras enloqueciendo y no habrá medicina que pueda curar ese mal, todo  hasta que llegue el día, en que harto de ver su horrible cara observándote por todo lados ,romperás uno de los espejos en los que se refleja.

En ese día… morirás.

La idea de que los espejos atrapan las almas de los difuntos no es nada nuevo, a quien tiene verdadero terror a los espejos, quien sabe, quizás en realidad la frase de Borges no sea una frase de angustia sino de consuelo.

“Estoy solo y no hay nadie en el espejo.”

Fran González

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