La increíble historia de los Niños Verdes
La increíble historia de los Niños Verdes
Hay leyendas que se repiten por todo el mundo y guardan similitudes. Normalmente, solo cambia el nombre del protagonista y el lugar de los hechos, adaptándose a cada cultura.
Dado que muchos se proclaman portadores de la versión original, es imposible saber cuál fue la primera en el folklore popular. De la que nos ocupa existen dos versiones, distanciadas en el tiempo por más de siete siglos y con cientos de kilómetros de separación.
Historia
En agosto de 1881, campesinos en Barcelona oyeron gritos en una montaña. Encontraron a dos niños, un niño y una niña, acurrucados y aterrorizados en la entrada de una cueva.
Los niños hablaban un idioma desconocido, vestían ropa de tela metálica y su piel era verde. Fueron acogidos por un hombre ilustre del pueblo. Se negaban a comer y el niño enfermó y murió. La niña aceptó comer solo verduras crudas, su piel cambió de color y aprendió español. Ella contó su increíble historia y sus orígenes.
Niños
La niña dijo que venían de una tierra sin sol, donde todos eran verdes. Desconocía cómo llegaron allí, solo recordaba estar con su hermano, oír un ruido fuerte y sentir como si fueran empujados. Luego, se encontraban en una cueva, buscaron la luz y fueron encontrados por los campesinos.
Cinco años después, la niña también murió, y su historia siguió siendo un misterio.
Para encontrar otro caso sobre niños verdes, hay que remontarse al siglo XII, cuando Gervasio de Tilbury narró la historia de dos niños con piel verde oliva que aparecieron en Woolpit, Inglaterra.
También en Inglaterra
En este caso, agricultores encontraron a dos niños desorientados en un camino. Hablaban un idioma desconocido. Tras ser llevados al pueblo, se negaron a comer. El niño falleció, y la niña sobrevivió comiendo judías blancas crudas.
La niña llegó a la edad adulta y se casó con un joven de King’s Lynn. A su marido le contó su historia.
Su mundo era subterráneo, una tierra de “crepúsculo” con un río que les separaba de otra tierra más iluminada. Allí, todos tenían piel verde. Un día, ella y su hermano, al pasear, escucharon un sonido como “campanas” desde un túnel. Por curiosidad, entraron y caminaron durante días. Salieron a la luz del sol de la aldea británica. Intentaron volver al túnel, pero la luz cegadora se lo impidió. Los agricultores los encontraron y los llevaron a la aldea.
Historias curiosas separadas en el tiempo y la distancia, pero que han perdurado hasta nuestros días. ¿Qué hay de verdad tras ellas? No lo sé, ni tampoco lo pretendo, a veces es mejor dejarlas tal como nos las contaron.