Akenaton el faraón extraterrestre
Akenaton el faraón extraterrestre
A 300 km al sur de las pirámides de Guiza se encuentra Amarna. Bajo las arenas del desierto están enterrados los restos de uno de los lugares más enigmáticos de todo Egipto. Hace 3000 años tuvieron lugar aquí extraños acontecimientos nació una nueva religión. Un deforme faraón murió, Akenaton el faraón extraterrestre. Los egiptólogos todavía intentan averiguar qué sucedió.
Ni rastro del faraón
A finales del siglo pasado sir William Flinders Petrie, fundador de la Egiptología moderna, descubrió una gran ciudad perdida en el desierto.
La ciudad tenía todo lo que él esperaba. Había templos, palacios, amplias avenidas y muchas más cosas tradicionales de la época.
Pero faltaba algo. No había pinturas, ni relieves del faraón luchando contra sus enemigos ni de sus tropas dirigiéndose a la batalla.
No había retratos del faraón haciendo ofrendas a los centenares de dioses egipcios y tampoco había dioses. A medida que Petrie avanzaba en sus excavaciones aumentaba su sorpresa.
Representación del faraón
El faraón estaba representado sin ningún atractivo. Tenía el rostro alargado, los pechos prominentes, las caderas anchas y los muslos abultados.
Era todo lo contrario a lo que durante miles de años los rasgos que habían caracterizado a los faraones. La juventud, el vigor y los músculos bien desarrollados listos para ir a la guerra. Akenaton era deforme. Como si hubieran arrojado al desierto una criatura de otro planeta.
Sobre el 1300 AC- Amenhotep III
Egipto se hallaba en su época más gloriosa el país. Nunca había sido más rico, más poderoso, más seguro a lo largo del Nilo
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