¿Cómo puede convertirse la ilusión de una niña de 7 años en una pesadilla en una sola noche? Una noche de miedo.

Yo tuve que compartir habitación hasta los 7 años con mis padres. Estaba loca de contenta pensando que mi padre pronto terminaría de edificar la 2ª planta y por fin tendría mi propia habitación. Ese iba ser mi regalo de comunión, tener mi propio dormitorio.

La primera noche que pase en ella no pude dormir de la emoción. Ya no tendría que aguantar los ronquidos de mi padre ni las protestas de mi madre porque no podía moverse en ese pasillo tan estrecho.

Todo fue bien durante unos días. Una noche antes de acostarme tuve un presentimiento algo extraño. Note la habitación muy fría y tenía la sensación de que alguien me vigilaba. Recuerdo que me acosté y me acurruque porque la cama estaba helada. Aun así, me quede dormida. No recuerdo la hora exacta pero si se que eran mas de las tres de la madrugada cuando note como si el edredón se resbalara de la cama. Me pareció raro porque me asegure de remeterlo para que eso no ocurriera.

Me levante y comprobé que estaba bien colocado. Fui al baño y volví a la cama. A los cinco minutos tuve otra vez esa sensación de frío y de que me estaban observando. El edredón volvió a moverse. Yo lo sujete con fuerza y de repente tiraron del el desde los pies de la cama y me quede solo con la manta y la sabana. Entonces, escuche una risa burlona. No pude reaccionar ya que me quede paralizada del miedo. No me atrevía a levantarme y recogerlo del suelo porque pensaba que allí había alguien. Solo pude encender la luz y pasarme el resto de la noche con la vista fija en los pies de mi cama.

Deseaba tener mi propia habitación, mi propio espacio, mi intimidad y no fue así. Seguía y sigo acompañada y no se quien o que seria aquello que me mantuvo esa noche y muchas más en vela y con el corazón pendiente de un hilo por el miedo que llegue a sentir. Lo cierto es que aquella noche no podre olvidarla y aquella risa de “duende burlón” tampoco. En febrero del 2014 volví a escuchar esa risa. Estaba sola en una habitación leyendo los mensajes chorras de una amiga cuando ese “duende”, como yo lo llamo, se acercó a mi oído derecho y soltó un…. jejejeje!!! Me quede helada.

Rosa Maria Roldan

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