Los duendes

Un duende es una criatura mítica perteneciente a la mitología pagana germánica que todavía sobrevive en el folclore de Europa del norte. En la mitología de los nórdicos, estas criaturas eran originalmente consideradas como una raza de dioses de la naturaleza y de la fertilidad, aunque de menor importancia. Los duendes son representados a menudo como hombres y mujeres jóvenes de gran belleza que viven en bosques y otros lugares naturales subterráneos, así como en pozos y fuentes.

Seres longevos. casi inmortales que gozan de energías mágicas innatas, a menudo son confundidos con los gnomos, pero la realidad es que lo único que comparten es su tamaño. Al contrario que los gnomos, los duendes tienen poderes mágicos y dado que su vida terrenal se reduce prácticamente a su juventud, difícilmente veremos un duende con barba.

Viven 25 años en el plano físico y luego van al plano astral alrededor de 1000 años. Trabajan el suelo y las raíces de los árboles dándoles poder. Hacen sus casas en los troncos de los árboles, preferentemente en lugares rodeados de flores, o en grandes setas. Sus diminutos poblados son muy difíciles de localizar, aunque suelen vivir en grandes comunidades. Poseen mediana inteligencia, tienen apariencia de viejitos y son muy graciosos.

Los primeros tiempos que pasan en este plano lo hacen alejados del hombre ya que no les resulta fácil adaptarse a la frecuencia que nosotros manejamos, mucho menos soportan los ruidos de las ciudades. Son muy similares en conductas a los niños ya que suelen ser muy traviesos.  Trabajan alejados del hombre, generalmente en los claros de los bosques o montañas.

Si quieres buscarlos no es sencillo, pero tampoco imposible; porque al igual que las hadas o las ninfas, sienten debilidad por los niños, porque en el fondo ellos son niños, y es fácil encontrarlos si conservas esa chispa de niñez en tu interior, esa luz de inocencia y fantasía; entonces puedes llegar a verlos y disfrutar de su compañía y sabiduría. Los duendes son seres mágicos y les gusta transmitir y enseñar su magia, pero para que ello suceda, debes ser de corazón puro y noble.

A menudo hay quien dice que en su casa habita un duende, y es porque existen un tipo de duendes domésticos  a los que les gusta convivir con los hombres y que suelen ser de dos tipos:

Diablillos familiares. Son unos pequeños duendecillos, con aspecto de diablo, que no están ligados a una casa, sino a una persona, a la que ayudan, convirtiéndola en su dueño. Se encuentran vinculados a la brujería.

Duendes de los dormitorios. Pertenecen a una extraña familia de duendes, agresivos e individualistas, provocan pesadillas y eligen como sus víctimas a mujeres y niños.

En general son de costumbres nocturnas y poseen un carácter extremadamente susceptible que les conduce a adoptar actitudes despectivas u hostiles contra los hombres que les ofenden. Tienen habilidades tales como mimetizarse, hacerse invisibles, pasar por el ojo de la cerradura, imitar los sonidos de los animales y hacerse sentir, tocando a un ser humano con sus manos, produciéndole un escalofrío.

Los súcubos

Muchos de los duendes domésticos suelen ser muy bromistas, y disfrutan cambiando los objetos de la casa de lugar o provocando ruiditos que asusten a sus moradores. Pero también existen duendes malvados capaces de torturar incansablemente al hombre al que hayan elegido como víctima.

Dice una leyenda que por cada muñeco de duende que tenga en su casa se corporizaran siete reales. Como no representan ningún peligro,  puedes tener cuantos muñecos quiera. A lo sumo, tendrás que lidiar con sus travesuras, pero si les exige que se porten bien, lo logrará.

Además, para mantenerlos entretenidos, puedes poner una copa de cristal llena de monedas antiguas, pero no vayas a sacarles una moneda, porque ahora serán de ellos. En represalia, empezarán a esconder tus cosas.

Es probable que ellos las retiren y dejen en su lugar un montoncito de piedras. Les gusta mucho todo lo que hace música o brilla, como las geodas (piedras huecas), las campanitas o los palos de lluvia. Si quieres pedirles un favor, como que cuiden tu casa o lugar de trabajo, ofréceles moneditas. Dicen que éllos son nuestros amigos y a los duendes les encanta la miel, el pan con miel o azúcar, la leche y el vino tinto. Si les dejas estos manjares junto a una planta es muy probable que contemos con ellos.

Si alguien se enoja contigo,  es probable que los duendes se diviertan haciendo travesuras a esa persona. Pueden mover objetos con su energía, pero no acostumbran hacerlo delante de las personas.

Fran González

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