¿Existen las maldiciones?

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¿Existen las maldiciones?

Expresiones como “Mala puñalá  te den” o “no te diera un dolor” parecen frases dichas en un momento de enfado y no pensamos en lo que decimos ni en la repercusión que puede tener. A esto se le llama maldición. Y en si ¿qué definición tiene la palabra maldición? según la RAE, maldición es una impregnación dirigida contra alguien o algo, manifestando odio hacia ese alguien o algo y particularmente es un deseo de hacer daño , acción de maldecir. Maldición viene del latín maleditīo, -ōnis. ¿Existen las maldiciones?

Yo, personalmente, creo más en la maldad del ser humano que en las maldiciones. Pero la pregunta es: ¿Por qué funcionan las maldiciones?

Al parecer las maldiciones funcionan por las creencias y las supersticiones. Viene dada por la credulidad y el temor, la ignorancia y la sugestión. Si una persona tiene miedo a los hechizos, brujerías, encantamientos, etc, es la “víctima” perfecta para asustarla cuando la maldicen (yo suelo denominarlas mentes débiles). Se autosugestiona, siente miedo, se daña a si mismo, y al final no tiene nada que ver con una maldición sino con su propio miedo y su estado mental.

Los entresijos de la red

La mente puede llegar a ser tan poderosa que si una persona sugestionable escucha una maldición empieza a pensar en dicha maldición y acumula esa energía dentro de su ser interno.

También podemos definir maldición como “la voz de la conciencia” por ejemplo, una persona que daña a otra y esta otra le lanza una maldición. Lo primero que piensa es que a quien a hecho daño lo ha terminado maldiciendo. Y todo lo que le suceda (enfermedades, accidentes, problemas) lo relacionará con una maldición. En mi opinión personal, es que esta persona en cuestión esta sugestionada por el miedo.

¿Qué pasa con esas maldiciones electrónicas? los típicos “mensajitos” en cadena que se mandan por las redes sociales y que tienes que compartir o mandar a 10 personas porque si no lo haces te puede “caer la mala suerte”. Un hacker muy aburrido se dedica hacer estos mensajes encadenados invocando santos, religiones, creencias, etc., y por el único motivo que lo hace es para que cuando la cadena vuelve hacia él tiene en su poder cientos, miles de direcciones de correo electrónicos y que usa para acceder a sus ordenadores y robar datos personales. Así que de maldición nada de nada.

Al fin y al cabo cualquiera puede inventar una maldición de este tipo. Cogemos una foto y escribimos debajo un texto con falsos testimonios y lo lanzamos por cualquier red social y… ¡pumpa! maldición lanzada y a rularla.

Por lo visto también podemos clasificar las maldiciones de la siguiente forma:

 Maldiciones generacionales.

Según la Biblia las maldiciones generacionales son personas que nacen bajo una maldición   por pecados que cometieron sus antepasados. Puede ir desde sus padres, abuelos, bisabuelos, etc.

Maldiciones personales.

Son las típicas maldiciones que puede lanzar una persona a otro por odio, envidia o por pura maldad. Pero cuidadito que las maldiciones son como los boomerangs, vuelven.

Maldiciones por tocar objetos inmundos e impíos.

Quien no ha escuchado hablar de objetos malditos. Esos que no debemos tener en nuestro poder y por supuesto totalmente prohibido tocarlos porque su maldición pasará a nosotros y la llevaremos hasta nuestros últimos días.

 Maldiciones por palabras pronunciadas.

“No te mordieras la lengua y te envenenaras” , “Que te parta un rayo”, “Ojalá te murieras” y como estas hay muchísimas, las maldiciones más comunes en el día a día.

Maldiciones por practicar el ocultismo.

El que juega con fuego termina quemándose. Practicar de magia negra, coquetear con el espiritismo, la ouija, el misterio y hasta con el mismísimo diablo puede hacer que acabemos mal. Nos exponemos nosotros mismo a acabar maldecidos.

 Maldiciones por envidia de tierras de cultivo.

Hay tierras mejores y tierras peores para cultivar, pero la envidia y rivalidad puede ser una maldición. El desear que la cosecha del vecino se “eche a perder” para quitarse la competencia de encima era algo bastante habitual hace años aunque, mi opinión personal es que a día de hoy se sigue practicando este tipo de maldiciones.

Es increíble pero cierto, hay diferentes tipos de maldiciones pero….¿cómo podemos protegernos de ellas?

Si mezclamos una mala lengua y una  persona fácilmente sugestionable tenemos el coctel perfecto para una maldición. y la mejor protección que existe contra una maldición es eliminar de nuestra vida las supersticiones, los miedos, las ideas oscurantistas que no tienen que ver nada con la realidad, practicar el bien y no desear mal a nadie. Una persona con la mente libre de supersticiones, no piensa que las cosas que le suceden son por una maldición si no porque tenia que suceder. Si me resbalo y caigo al suelo no pienso que es una maldición si no que no he pisado bien, que voy despistada o que he pisado algo que me ha hecho resbalar. Ni estoy maldita, ni embrujada ni encantada, solo dolorida por la caída!!!

Cada uno es libre de pensar lo que quiera y creer o no en las maldiciones. Yo pienso que una mente fuerte puede con una mente débil. Tened mucho cuidado con lo que decís y sobre todo a quien se lo decís porque al final las palabras tienen más poder que un conjuro, hechizo, maldición, etc.

TENED MUCHO CUIDADO CON VUESTRAS PALABRAS

Rosa Maria Roldan

Maldición del Delhi Purple Sapphire

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